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Los finos, pero estables toques sobre los pómulos y extensión de su rostro, logró cautivarlo unos largos minutos en completo silencio desde que habían llegado.

—No hemos regresado sin despedirnos para andar con caricias, Tae. – Un pequeño sonrojo se formó en sus mejillas al haberse dado cuenta de haber pensado en voz alta aquel sobrenombre no del todo como tal. —Lo siento.

Una suave risa se escapó de los labios del ojos carmesís.

—¿Por qué te disculpas? Puedes llamarme como desees. — Afirmo pasando sus caricias del fino rostro al sedoso cabello negro que poseía el chico recostado en sus piernas.

—De acuerdo. Entonces... Tú puedes llamarme también como desees. – Cuando terminó aquella frase, se dio cuenta de haberse desviado totalmente del tema acordado del que hablarían.

—Nunca he pensado en un sobre nombre para ti... Que tal... ¿Kook? ¿Jeon?

—Ese último es mi apellido. – Hablo Jungkook risueño.

–Lo se, pero esto de pensar sobre nombres no es lo mío... Perdona a este ser sin imaginación.

Taehyung continuó dando unas caricias mas esta vez sobre su frente, pero Jungkook lo detuvo tomando su muñeca, y se incorporó para sentarse junto a él.

—Taehyung.

—¿Qué pasa?

—Sabes que es lo que pasa. Por favor, solo... Confía en mí.

Segundos en silencio se apoderaron de la habitación.

—Qué quieres saber primero. – Finalmente accedió, apartando la mirada a algún lugar en el aire.

Jungkook tragó un poco de saliva y prosiguió.

—A qué se refiere Yoongi con que... Nunca has tenido auto control.

—Yo-

No logró continuar sus palabras cuando la inseguridad se apoderó de él, pero segundos después, logró tomar el valor y prosiguió.

—Siempre eh sido reconocido por no controlar mi sed, cuando... Asesinaba a alguien, una saciedad siempre aparecía, quitando la vida de más de uno cada que me alimentaba. Y hoy casi vuelve a ocurrir.

—¿Por eso has salido de la sala?

Respondió asintiendo con la cabeza. —No quería lastimar a nadie, o que inclusive te lastimase a ti.

Jungkook se mordió la lengua y asintió. Tampoco era que disfrutase hacerle decir tales cosas.

—Debiste haberlo pasado mal. — Dijo interiormente reprochándose el no haber estado a su lado en aquel momento.

Taehyung finalmente regresó la vista a el rostro de Jungkook cálidamente iluminado por la luz taciturna de la luna que entraba en la ventana.

—Ahora que lo sabes, ¿estás feliz?

—De alguna manera si y de otra no... Pero...– Sostuvo cuidadosamente ambos lados de su rostro y plantó un casto beso en los ajenos labios tersos. —Gracias.

—Sabes que por ti haría lo que fuera. – Declaró esbozando una reconfortante sonrisa ladina.

—Pero entonces...–Frunció levemente el entrecejo. ¿Fue por mí que-

—No puedes culparte de semejante cosa, tan solo... Querías ayudarme, hubiese ocurrido tarde o temprano.

La expresión de Jungkook se suavizó al mostrar preocupación y se acurrucó en el pecho del mayor, rodeándolo en un abrazo.

—Puedes... Tomar de mi absolutamente todo lo que consideres a tu necesidad. Yo...– Tomo en un puño la tela de la camiseta que abrazaba. —Mi sangre es Tuya.

—¡Te he dicho que si algo te pasase en mis manos yo-

—¡Taehyung!... yo ya he tomado una decisión desde la discusión de aquel día. –Interrumpió. Soltó la camiseta en su puño y se escondió en la piel acanelada del cuello de su amante.

Taehyung calló. Ahora entendía lo tan obstinado que su chico era. Y si su decisión no podía ser cambiada, toda responsabilidad recaía en él, debía aprender a controlar su sed...

—Lamentó ser algo tan repugnante. – Le hablo al chico en su pecho, correspondió el abrazo y la fragancia que desprendía llegó a su sistema gracias a una casi inexistente brisa en el ambiente de la habitación.

—Repugnante es la palabra que menos te define. –Finalizó Jungkook.

Nightmare [梦魇] ☽ VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora