Capítulo 13.- Aprendiendo A Encajar

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Cuando Harry despertó, seguía sintiéndose terrible. Le dolía la cabeza, su estómago se sentía revuelto e incluso sus músculos se sentían débiles. Se sentó y miró a su alrededor, esperando encontrar a su esposo en la cama aún a su lado. Sin embargo, como todavía estaban a la mitad de un día de escuela Severus estaba probablemente en su salón, enseñando.

Gimió y después de colgar sus piernas de uno de los lados de la cama, se bajó. Solo Severus tendría una cama tan alta.

Harry sacudió la cabeza mientras se dirigía al baño. Se alivió, se lavó las manos y se miró en el espejo. Frunció el ceño ante la imagen que se reflejaba en él. Su cara estaba tan pálida que mostraba círculos oscuros debajo de sus apagados ojos verdes. Incluso su cicatriz parecía diferente, pues se destacaba, vívida y roja, como si estuviera enojada.

Había sido un día difícil... un largo y mal día. Miró su reloj e hizo una mueca. "Genial. Me despierto justo a tiempo para cenar en el Gran Comedor." Se hizo una mueca a sí mismo y salió del cuarto para seguir buscando a Severus.

No podía creer que hubiera estado tan emocionado por empezar con su primer día de regreso a clases. Ahora, a pesar de que lo habían seleccionado como un Slytherin y tenía un horario de clases en las que Draco siempre estaba con él, se sentía mucho menos emocionado de comenzar al siguiente día. Los problemas de mañana tendrían que esperar, pues necesitaba pasar por lo que quedaba de su despreciable día en el que aún estaba.

Su estómago se encogió recordándole los horrores vividos más temprano durante ese día. Ladeó su cabeza mientras miraba la habitación. Algo estaba diferente. Miró con más cuidado y detenimiento hasta que pudo encontrar qué hacia la diferencia.

Su baúl estaba recargado contra la pared de su lado de la cama. Había otro armario junto al de Severus y su escoba estaba apoyada contra la pared, justo en la esquina. ¿Cómo no se había dado cuenta de ello? Frunció el ceño. ¿Habían sido tan poco observadores que no se habían dado cuenta de que había un enorme Armario ocupando una pared cuando habían estado ahí más temprano? Tendría que decir que sí. Había sido lo suficientemente traumático para no darse cuenta de que el cuarto estaba en llamas.

Respiró profundo mientras salía de la habitación—¿Sev? —llamó en voz baja.

Nada. Sus cuartos estaban vacíos sin contarse a él mismo. Vagó entre ellas, intentando disfrutar el estar solo en sus habitaciones por primera vez. Se sentó en el sofá, recargó su cabeza en el respaldo y pensó sobre lo que el resto de la semana podría llevarle. Nuevas clases, nuevos amigos, nuevos maestros, posibilidades infinitas. Harry sonrió. Finalmente estaba en un nuevo camino. SI tan solo el pudiera evitar desastres durante más de una hora, entonces lograría algo.

Miró al reloj sobre el mantel y notó la hora esperando que Severus regresara de clases antes de tener que irse al Gran Comedor.

Justo cuando estaba por levantarse e irse solo, la puerta de la oficina se abrió.

Severus estaba entrando por la puerta que conectaba a su oficina, con los brazos llenos de papeles. Su morral colgaba a través de su pecho. Alzó la vista para ver a Harry de pie en medio de su sala, se veía como si estuviera en medio de algo.

—¿Harry? Te pido una disculpa. Pensé que regresaría antes. Mis clases de la tarde, ambas, tuvieron explosiones y tuve que asignar detenciones. Después tuve que ponerme al día con algunas revisiones que no pude terminar esta mañana, pero... bueno, obviamente, tú sabes, no podía simplemente dejar lo que estábamos haciendo también. Severus puso los papeles en su escritorio y se quitó el morral. Había un montón de papeles apilados. Severus frunció el ceño. Caminó hacia Harry, que no se había movido.

The Ripple Effect - Immortality22Donde viven las historias. Descúbrelo ahora