Yendo a la casa de Arianne

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No hay un por qué. 

La vida me ha puesto obstáculos para que pudiera pisar sobre ellos y seguir mi camino, y sin embargo; sigo aquí. Me mantengo en la misma mierda mirándome los zapatos y vacilando en sí dar un paso hacia delante porque, de alguna forma, sé que volveré dos atrás. 

El pecho me arde y el fuego acrecienta en mi interior como los demonios en mi cabeza no paran de gritar. El temor en mis venas se acumula y simplemente no hay un por qué. 

Y me saca de cojones pensarlo. Simplemente no puedo decir que vivo si en el lugar o con quien estoy, me siento malditamente solo y perdido. Y no puedo mirar de otra forma. Ya levantar la mirada es perder todas mis energías. Y ni siquiera puedo desafiar la mirada de Arianne. No puedo. Porque el dolor de una culpa me consume por dentro, y no quiero ser el objeto de nadie más. Y no quiero objetivar a nadie para que no pase lo que yo estoy pasando. 

Si las lágrimas antes no curaban ni saciaban mi dolor de una vez por todas... entonces, ¿Qué lo hará? ¿Quién? 

La salvación no se encuentra en nadie más que en uno mismo pero, ¿Qué pasa cuando uno está perdido? Cuando a una persona le duele tanto el ámbito en el que vive que no puede parar de pensar en problemas y en la negatividad de su vida y la mierda que es todo lo que le consume por dentro. ¿Qué pasa con esa persona? ¿Qué pasa conmigo?

¿Qué pasa con aquel que mira su reflejo en el espejo y llora desconsoladamente porque ya no es aquella persona que era antes llena de brillo, felicidad y locura? ¿Qué pasa cuando buscas que te salven pero nadie está contigo? ¿Qué pasa cuando uno se niega a ser salvado? 

¿Y qué pasa con quien cierra los ojos esperando ver un paraíso o un mundo paralelo donde las cosas son mejores, pero solo ve oscuridad? ¿Dónde ha ido a parar su imaginación? ¿Por qué la maldita voz no se calla de una vez por todas y la luz me enseña el buen camino que debo seguir a la maldita felicidad  que he esperado tanto tiempo? 

No hay respuestas y no hay soluciones que puedan servirme para mi maldita supervivencia. Sí. Supervivencia. Y la llamo así porque en los cuentos vivir no se relata de esta manera, ¿O me equivoco? 

-¿En qué piensas? -preguntó, Arianne. Abrí los ojos de par en par y pestañee un par de veces. Había olvidado que no estaba solo. No me atreví a mirarla. 

Negué con la cabeza, y no intenté sonreír. 

Respire hondo y cerré los ojos con fuerza, ladeando la cabeza al lado contrario de Arianne para que no me viera. No era tan confiado como ella.

-¿Ben? -se detuvo en seco y me vi obligado a parar. Abrí los ojos. -¿Te encuentras bien? ¿Tienes frío?

-Un poco. -mentí. 

Arianne se acercó hasta quedar frente a mí. Frotó sus manos entre risas y humedece sus labios antes de colocarlas sobre mis mejillas. 

El acto me tomó por sorpresa y, ante aquel gesto de cariño no pude aguantar mis ganas de llorar. Una lágrima comenzó a deslizarse por mi mejilla y cerré los ojos con fuerza. Aparté sus manos con brusquedad y tapé mi rostro, para darme la vuelta. 

No podía dejar que me viera tan frágil.

Las lágrimas caían una detrás de otra y no podía parar. Y sabía que no pararía hasta sentirme lo supuestamente bien. Comencé a sentirme agotado, todos los sonidos se ensordecieron y mi alma cayó en pedazos. En más de los que ya estaba antes.

Estaba solo y destrozado.

-Ben...-susurró con dulzura, Arianne, y me rodeó la cintura con sus delgados brazos. 

-Detente. -conseguí articular con la voz ronca, el llanto parecía parar pero el dolor me consumía hasta volverme otra persona. 

-No pienso hacerlo. -sus brazos me rodearon con más fuerza. -¿Qué pasa, Ben?

-A Ryan no le gustará nada. -contesté.

Arianne se acerca más a mí y comienzo a sentir su silueta. 

-Ryan no se enterara de esto. -susurra y siento el calor de sus palabras provocarme un millón de sensaciones. 

-¿Así que eres ese tipo de persona? -no medía qué tan fría las palabras podían salir de mi boca.

-¿Ese tipo de persona? -repitió ella, confundida.

-El tipo de persona que miente a sus novios. -contesté lo obvio.

Arianne suelta mi silueta y cierro los ojos para sentir la cachetada que me he ganado. Pero lo único que consigo sentir es su silueta de frente, abrazándome con delicadeza. 

-Te diré lo único que sé. -murmura sobre mi pecho. -Soy el tipo de persona que quiere que te sientas bien, porque me importas. -al pasar unos segundos, agrega: -¿A qué no ha sido buena respuesta, eh? 

Y larga una risita.

-Arianne, por dios. -ruedo los ojos, y levanto mis brazos en un acto inconsciente para rodearla y pegarla más a mí. Siento cómo su cuerpo se estremece. ¿He hecho algo malo? Porque ella lo ha comenzado. Mierda. Creo que debo quitar los brazos de su espalda pero, ¿Cómo? 

-Ben.

El nombre falso que me cree para esa persona en Denver parece desconocida. Pero Arianne cree que verdaderamente ese Ben soy yo, Sky.

-Sky...-me limito a decir.

-¿Qué? 

-¡Qué bonito el sky... el cielo! -digo, diablos.

-Buena pronunciación para el inglés. -sonríe. -Ben, ¿Te sientes bien?

Miro directo a sus ojos y no me atrevo a seguir esa mirada tan fuerte y potente de Arianne. Me limito a mirar su cabello y luego a nuestro alrededor. 

-Genial. -digo.

-¿Crees que podamos seguir el camino? 

-Genial. -repito.

-No creas que soy ingenua, idiota. -la última palabra me sobresalta y me lleva a recuerdos que no quería volver a recordar jamás. -Lo siento.

-No, es mi culpa. -digo. -No quería ponerme así delante de tí. Yo... he pasado por mucho, ¿Sabes? Y no estoy preparado para hablar aún.

Arianne me mira con sus ojos almendrados y me pregunto en qué estará pensando. Si me compara con el chico que quiso ayudar y no pudo o en cómo puede librarse de mí.

Suelta los brazos alrededor de mi silueta y se aleja, sin antes tomar de mi mano. Comienza a caminar y no me queda opción que seguirle el paso. Por más extraña que haya sido la situación anterior, no puedo decir que me siento incómodo. El calor que me emana Arianne me hace sentir protegido. Y a pesar de lo chiflada que esté, agradezco su insistencia. Y sí, también su existencia.

Locked in my mindWhere stories live. Discover now