Capitulo 07

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Berserk deslizó sus dedos sobre la madera finamente lijada de la máscara que sostenía. Una suave cubierta de cera protegía la pintura que, con suaves deslices de tonalidades rojas que contrastaban con detalles en blanco, negro y café, personificaban el rostro de un zorro.

Ella misma había tallado la madera de su propia máscara, su propia identidad y de su propia mentira.

Alzó la mirada observando el paisaje teñido de vida por el radiante sol. Entrecerró los ojos ante el choque de luz solar que hacía reflejo con el mar. La brisa húmeda golpeó su cuerpo, alborotando sus rojizos cabellos por todo su rostro. No tardaba en atardecer, sería una bella puesta de sol.

Sonrió, motivada por la serenidad del lugar. Recorrió el paisaje con la mirada, un mar solitario y vacío, pero más acogedor y seguro que aquel lugar que hacía llamar "hogar". Incluso ahí, sentada en la cima de una columna del puente, a expensas de caer, se sentía más a salvo.

Soltó una risa nasal conmovida por su propio artilugio, y una lágrima sin sentido cayó convirtiéndose en un copo de nieve que descendió con suavidad.

Ella lo observó caer hasta los carros que transitaban debajo, y enseguida su atención fue dirigida a un convoy de automóviles que le parecieron inusuales. Las cosas no han cambiado mucho, pensó al reconocer instantáneamente los carros infiltrados, pues la comisaría seguía utilizando los mismos modelos de siempre.

En definitiva, había resultado sencillo encontrar el objetivo.

Berserk se colocó de máscara, se puso de pie dando media vuelta y extendió sus brazos a los costados. A sus espaldas, una larga caída la esperaba, y las cuchillas de sus patines no hacían más que tambalearse ante la brisa. El viento la golpeó de pronto con una súbita fuerza que la sacudió de una manera casi amenazante. Pero sólo sonrió con suavidad, sin temor a la muerte, y cerró sus ojos. Sólo tengo que salvarla, pensó, antes de dejarse caer.

Brat caminaba con un paso vago y suave a lo largo de los pasillos del hospital. Sus pies, descalzos, chocaban contra el frío, pero suave suelo, y tarareaba una suave melodía esbozando una cínica sonrisa con la mirada perdida.

Se sentía cómoda ahí, el tétrico ambiente le recordaba a su hogar: muros blancos, gente gritando suplicando clemencia, agujas, medicinas y mucha sangre. Aunque faltaban los cuerpos in vitro, mi familia, pensó ella.

Avanzó por gran parte del hospital sin ser hostigada, el atuendo de enfermera que usaba le ayudó a pasar desapercibida entre el personal. Afortunadamente, el ropaje había sido de su talla, aunque los zapatos no le habían quedado, de haber sabido hubiese elegido a una chica menos alta y con el pie más pequeño, pensó, lamiendo sangre que escurría de la punta de sus dedos.

Pasó junto a unos guardias que caminaban en rutina, éstos ni siquiera parecieron notar algo raro en ella, sintiéndose incluso halagados por la coqueta sonrisa que les regaló al pasar. También el personal de seguridad había bajado sus defensas una vez se llevaron a Brute, aunque aun así Brat tenía que encargarse de los dos hombres que custodiaban la habitación 505, el cuarto donde descansaban inconscientes dos de los hermanos Jojo.

Pero para eso, Berserk había ideado un plan. Brat apretó el nudo de la bolsa negra de plástico que cargaba en su zurda, y con la mirada continuó buscando los letreros que la guiaban en su camino hacia el departamento de pediatría.

Cuando abrió las puertas de la zona infantil, niños que descansaban sobre las camillas dirigieron sus curiosas miradas a ella. Brat sonrió mientras reía y lamió sus labios.

Shadows | PPG & RRB | NUEVA VESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora