Capítulo 9.

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Fuera del grupo.

—Es agua bendita —respondió Jane detrás de ellos.

Los chicos rápido voltearon a verla, un inmenso miedo los invadió por completo, dejándolos inmóviles.

—¿Les comió la lengua el ratón? —preguntó Jane fingiendo preocupación.

—¡Toma esto! —gritó Cat lanzándole agua bendita.

Jane rápidamente se esfumó, pero rápido apareció detrás de Cat, quien intentó correr lejos de ella, lo cual resultó inútil, pues Jane la elevó por el aire.

—Ahora que recuerdo, tu llevaste a la bruja aquel día.

—Si, lo hice, ya estábamos hartos de ti Jane, sólo quería que esto terminará, quería regresar a mi vida normal y no a una vida donde tenía que estar pendiente de no ser tu siguiente víctima —dijo Cat, comenzando a llorar

—No llores pequeña —Jane limpió algunas lágrimas que resbalaron por sus mejillas—. ¡Deberás ahorrar lágrimas para esto!

Jane movió su mano y un cuchillo se dirigía hacia ella, Emily sin pensarlo dos veces lanzó agua bendita, lo que ocasionó que Jane desapareciera y el cuchillo se incrustara en la pared, Cat cayó al suelo de golpe.

—¡Corran! —gritó Carlos desde la habitación de Cat.

Emily, Cat, Pablo y Nat rápido se dirigieron hacia allá, donde rápido entraron y cerraron la puerta, colocando distintas cosas en ella.

—Eso no impedirá que entre a la habitación —mencionó Jane, desde detrás de los chicos.

—Jane vete, por favor.

—No Pablo, recuerda que siempre dije que todos tendrían su merecido, no puede haber excepciones —Jane comenzó a caminar hacia los chicos, quienes ya no tenían escapatoria.

De pronto, Jane se esfumó, entrando en el cuerpo de Nat quién rápido colocó sus manos en el cuello de Emily, comenzando a ahorcarla.

—¡Ayuda! —gritaba Emily asustada.

—Ya extrañaba esto —sonrió Nat e hizo aún más presión en el cuello de Emily.

Carlos y Pablo intentaban quitarle a Nat de encima, mientras Cat la bañaba en agua bendita.

—No funciona, la está matando —dijo Pablo asustado.

—Todos deben tener su merecido, sin excepciones —comentó Nat enojada.

Carlos al ver que Emily ya estaba casi muerta, tomó un jarrón de una mesita y lo quebró en la cabeza de Nat, quien cayó al suelo inconsciente, dejando respirar a Emily.

—Yo no quiero morir —añadió Emily con dificultad.

Cat y Pablo verificaban que Nat estuviera bien, después del golpe que le propinó Carlos con el jarrón.

—¿Dónde está Jane? —preguntó Emily, poniéndose de pie.

—No lo sé, simplemente se fue —dijo Carlos, dándole un fuerte abrazo—. Me alegro que estés bien.

Emily sonrió y caminó hasta Nat, quien seguía inconsciente. Pablo limpiaba la herida que ocasionó el jarrón.

—Tenemos que encontrar a alguien que nos ayude a regresarla de donde vino —añadió Cat angustiada.

***

Nick le entregó una hoja de papel doblada a Ismael, quien la tomó y la guardó en el bolsillo de su pantalón.

—Tocas aquella puerta, preguntas por Romero y cuando salga, le entregas la hoja, ¿Entendido? —Nick lo miraba con preocupación.

—Si Nick, haré lo que me dices.

Ismael comenzó a cruzar la calle, dirigiéndose a la casa de Romero, mientras Nick se escondía en unos arbustos para que nadie lo viera.

—Toco, pregunto por Romero y entregó la carta, ¿Por qué Nick no confía en mí? —se preguntó Ismael a sí mismo.

Ismael tocó la puerta dos veces y esta rápidamente se abrió, dejando ver a Martha con rostro de confusión.

—¿Quién eres? —preguntó ella confundida.

—Soy Ismael, un viejo amigo de Romero, ¿Puedo hablar con él?

—Claro, espere un momento.

Martha cerró la puerta e Ismael tan sólo se dispuso a esperar a Romero, como Nick se lo había pedido.

—Le entregó la hoja y me voy —dijo Ismael sacando la hoja de su bolsillo.

Segundos tan sólo después, la puerta se abrió, dejando ver a Romero sosteniendo un arma hacia Ismael, el cual rápido le tendió la hoja con un poco de miedo.

—¿Quién te envió? —preguntó Romero confundido.

Ismael sin responderle nada, tan sólo comenzó a correr lejos de la casa, pues ya había completado todo el plan. Romero abrió la hoja y se dispuso a leer lo que allí había escrito.

"Hola Romero, me enteré que recién saliste de prisión, quería pedirte una disculpa por haberte dejado aquel día, tú sabes que tenía que hacerlo. Pero bueno, iré directo al grano, ¿Quieres ayudarme a matar a los chicos? Sin Jane en el juego, será más fácil"

Romero abrió los ojos del asombro, no podía creer que Nick siguiera en la ciudad y menos aún, que quiera seguir con la venganza en la que lo involucró.

***

Camila y María caminaban hacia la tienda de brujería, pues allí había cosas que ellas necesitaban.

—Debiste recordar tus libros antes, yo no quiero que la policía nos encuentre en una zona clausurada —le dijo Camila a María.

—Lo siento, si esos libros no fueran tan importantes, créeme que no estaría aquí.

María cortó la cinta amarilla que impedía el paso a la tienda y rápido entró, seguida de ella, entró Camila, quien iba muy asustada.

—Toma tus libros y vámonos de aquí, este lugar me trae malos recuerdos —mencionó Camila angustiada.

—Sólo espera aquí, ya vuelvo.

María entró a la oficina de Gladys, mientras que Camila, caminaba por la tienda, viendo los productos en cada uno de sus estantes.

—Maldición, David te extraño —se escuchó una voz.

Camila rápido se agachó y miró hacia la parte donde provenía la voz, tan grande fue su sorpresa, al ver a Jane sentada frente a una ouija.

—¡Oh Dios mío! —añadió ella retrocediendo.

Camila rápido se dirigió a la oficina de Gladys y lentamente cerró la puerta, indicándole a María que guardara silencio.

—¿Qué pasa? —preguntó María confundida.

—Acabo de ver a Jane, ella intenta hacer algo con la ouija, escuche que extraña a David.

—Así es chicas, intentaba hacer algo con la ouija, pero creo que sólo funciona si lo hace un humano, creo que ustedes me ayudarán.

Jane rápido las tomó del brazo y las hizo caminar hasta donde se encontraba la ouija y unas cuantas velas.

—Pongan el dedo allí y repitan justo lo que les voy a decir —añadió Jane emocionada.

El Grupo De Jane 2 - El RegresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora