Capítulo 18.

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Fuera del grupo.

—Ahora sí, haré lo que siempre quise.

Nick comenzó a retroceder de poco a poco, no sin antes mirar a su amigo, quien al parecer ya estaba muerto, había dejado de luchar por salvar su vida, lo cual le fue inútil.

—¡Jane no! —exclamó Nick cuando llegó hasta la pared, donde ya no podía hacer nada por salvarse de Jane.

—Ay Nick, disfrutaré demasiado esto —Jane dio una pequeña sonrisa de lado y se acercó a Nick, tomándolo del cuello, para comenzar a presionarlo, primero lentamente, luego aumento la fuerza.

Cuando Nick estaba por desmayarse, Jane lo soltó y comenzó a reír.

—Espero no hayas pensado que morirías así, tan simple y sencillamente —mencionó Jane—. Porque no es así, sufrirás Nick, sufrirás más de lo que yo sufrí cuando mandaste mis fotos al grupo, y todo lo que me pasó, haré que lo sientas.

Nick tan sólo se tocaba en cuello, se podían notar las marcas de los dedos de Jane.

—Sólo quiero que sepas que lo siento mucho.

—¡Vete a la mierda, Nick! —gritó Jane molesta—. ¡Me destruiste la vida, hijo de puta!

Jane hizo un pequeño movimiento y el cuchillo incrustado en el cuello de Ismael, voló hasta su mano.

—Y no tendré compasión por ti, ni por ningún maldito, ni siquiera por Nat que esta de mi lado.

—Aja, ¿Y por qué Nat está de tu lado ahora? —preguntó Nick.

—Eso cree ella, pero cuando menos se lo espere, la apuñalaré por la espalda, por zorra.

Jane caminó otra vez hasta Nick, deslizó el cuchillo por la mejilla de Nick, de donde comenzó a salir sangre rápidamente.

—Eres muy guapo, Nick.

En el rostro de Nick se dibujó una gran sonrisa, la cual desapareció cuando Jane lo apuñaló en la mano.

—¡Maldita, mátame de una vez!

—No, tienes que sentir mucho dolor.

Nick miró la ventana de la casa, y comenzó a correr, tal vez para acabar con la miseria que le esperaba, pero antes de estrellarse contra el gran vidrio, Jane lo detuvo.

—No tan rápido, esto apenas está empezando.

Jane se acercó a Nick, tomó su mano y dio una vuelta bruscamente, haciendo que los huesos de la mano se hicieran añicos.

—¡Basta! ¡Por favor!

—Ahora sí, continuemos con lo que ibas a hacer —dijo Jane tomando a Nick del cabello, lo llevó hasta la ventana y golpeó su rostro contra esta—. Esto no te mataría idiota.

Nick ahora tenía algunos pequeños vidrios incrustados en la cara, de donde se podía observar que comenzaba a salir sangre.

—¿Recuerdas lo que le hice a Lucas?

—¡Jane por favor, basta!

Nick cayó al suelo, Jane con el cuchillo comenzó a cortar uno de sus dedos, de la mano que por ahora estaba sana.

—¡Ahhhhh! —comenzó a gritar Nick—. ¡Jane basta!

Nick comenzó a llorar de dolor, el dolor que Jane siempre había querido darle.

—No se compara con lo que yo sentí, todos me dieron la espalda, eso es peor de lo que te estoy haciendo.

—¡Te lo merecías, maldita puta!

—Grave error, Nick, no debiste llamarme así.

Jane molesta tomó a Nick del cabello y comenzó a golpearlo contra el suelo, haciendo que Nick diera gritos desgarradores de dolor.

—¡Vete al carajo, Nick! Te odio —con el cuchillo, Jane comenzó a apuñalar a Nick, una y otra vez, hasta que al fin, Nick dejo de hacer esfuerzo por salvarse y tan sólo se quedó esperando su muerte.

—¿Te gusta el dolor? —preguntó Jane con una gran sonrisa.

—No... me.

Nick fue interrumpido por Jane, la cual presionó el cuello de Nick fuertemente, mirándolo fijamente a los ojos.

Cuando Nick, dejó de moverse, se puso de pie, y sin más que hacer en esa horrible casa, salió algo aliviada.

***

María y Camila se encontraban aún en la cafetería, temiendo por sus vidas.

—Creo que tenemos que irnos de aquí, dejar a esos chicos con sus problemas, María no quiero morir —dijo Camila algo asustada.

María tan sólo observaba a un chico que estaba en la mesa de la esquina, tan solo observándola fijamente, sin dar siquiera un parpadeo.

—Camila, quiero que voltees hacia atrás, pero despacio.

Camila asintió, y giró bruscamente la cara, miró hasta donde María le indico, pero no había nadie.

—¡Dios mío! —exclamó María mirando a un costado de Camila.

—¿Qué pasa? —Camila estaba algo confundida.

—David está aquí —dijo María señalando a un lado de Camila.

Camila miró, pero esta no podía ver a nadie, por lo cual observó a María muy confundida.

—Hagamos lo que te digo, irnos de aquí, volvemos cuando todos esos chicos estén muertos, es lo mejor —mencionó Camila.

David seguía observando a María fijamente, pero sin decir nada.

—No podemos, seguro no saldremos vivas de aquí.

—¡María cállate!

—¿Quieres divertirte con tu amiga? —preguntó David sin hacer ninguna expresión.

—¡No quiero! ¡Solo déjanos en paz! —gritó María lanzando la taza de té, al lugar donde David se encontraba.

Las miradas de los demás clientes se fijaron en la mesa, donde se encontraban las chicas, pues la taza que María lanzó, había caído en Camila, la cual ahora estaba furiosa.

—¡Vete a la mierda, María! —dijo Camila mientras se ponía de pie.

María la tomó de la mano, y la hizo que se volviera a sentar.

—Te juro que David está aquí, no sé porque razón no lo puedes ver, pero es verdad —dijo María con la voz cortada por los nervios.

—Hola Camila —dijo David.

Camila se sobresaltó al verlo, los clientes nuevamente las estaban mirando.

—Será mejor que salgamos de aquí, no queremos que piensen que ambas están locas, ¿O sí?

Camila y María se pusieron de pie lentamente, ambas estaban demasiado asustadas, no sabían qué era lo que les iba a pasar.

—Por favor no nos mates, podemos hacer lo que Camila propuso —dijo María casi en susurro—. Podemos irnos de aquí, dejar que tú y Jane hagan lo que quieran con esos chicos, por favor.

Cuando los tres estaban a punto de salir de la tienda, Jane se apareció delante de ambos, parada justo en la banqueta, fuera de la tienda.

El Grupo De Jane 2 - El RegresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora