Capítulo 11

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Linda

¿Edward acaba de decir eso? De cualquier otro chico no me habría extrañado pero mi flaco no era un chico que se expresara así. Mucho menos se expusiera tanto. Antes me había dicho que le gustaba y fue muy dulce aquella vez que estuvimos juntos, pero aquella declaración había transformado el ambiente de esta salida.

Mi escudo protector sufre otra grieta, una más profunda; estoy sintiendo que aquel chico de ingeniería no me haría daño. Por lo menos no deliberadamente.

La confianza es algo que se gana con paciencia, y creo que Edward ha demostrado que tiene todas las herramientas para ganársela. O para conservarla porque es obvio que si estoy en un restaurante con él es porque confío.

Estoy perdiendo la batalla.

Aunque claro, es subjetivo el uso del verbo «perder» aquí. Estoy dejando atrás un periodo en el que no me importaba nadie y paso a uno en el que siento seguridad y mariposas en el estómago.

No quiero apresurar una conclusión de todas formas, quiero saborear el presente e ir conociendo a Edward. Por ahora una relación sería impropio al estar metidos hasta el cuello con ese problema. Lucas parece que se va a convertir en nuestro principal obstáculo.

—Muy inspirador, Ed. ¿Lo dijiste en serio o es solo por quedar bien conmigo?

—Creo que... bueno, yo ya te había dicho antes lo que siento.

—¿Qué sientes? —pregunto con inocencia. Quiero escucharlo una vez más.

—Me gustas —dice titubeante —. Me gustas mucho —esta vez usa su voz firme —. Incluso podría decir que te quiero.

La última parte me deja sin habla por un momento porque no esperé que fuera a llegar hasta esa parte, no aún. Porque un «te quiero» es algo serio, es cuando se adquieren compromisos que no todas las personas están seguras de mantener cuando pasa un tiempo.

Y aunque no soy del tipo de chica que quiere anillo y boda, tampoco me considero cerrada a la idea. Por lo menos, no completamente. Quiero divertirme, ser libre... pero al mismo tiempo quiero ser feliz; y el punto es que soy feliz aquí mismo, tomando limonada en un restaurante pequeño junto a Ed.

¿Me estoy enamorando?

No, eso no es posible.

Y aquí me encuentro otro problema: cuando te dicen que te quieren por lo general esperan que tú digas algo. Decírselo de vuelta sería mentira. O por lo menos quiero creer que aún es mentira. «Gracias» sería pretencioso y quizá cruel. Así que mi única salida es sonreír como una boba y agachar la cabeza.

Me estoy comportando como una niña enamorada.

—Eres un gran chico, Ed.

Su semblante se ensombrece casi imperceptible. Se nota que quiere ocultar su decepción pero sus gestos son transparentes. Supongo que estaba esperando una respuesta más comprometedora.

—Me lo han dicho varias veces en estos días —comenta con desazón —. Incluso... bueno, quizá esto es un dato innecesario, pero me han dicho que no debo perder mi energía contigo... —frunzo los labios de manera desaprobatoria. ¿Qué se supone que está diciendo? —. Bueno, no estoy intentando seguir ese consejo porque creo que vales el esfuerzo, porque quiero dejar de tener miedo y de echarme para atrás cuando mi corazón dice lo contrario. Aunque... no sé... supongo que tampoco quiero que me vean como un tonto. ¿Crees que soy tonto por estar saliendo contigo y que nadie lo sepa?

Escucho atentamente esa pregunta y de pronto se me seca la garganta. ¿Cómo le voy a decir que estas salidas siempre van a ser secretas? La única que sabe de esto es Antonia y eso porque toca y porque ella es demasiado buena guardando secretos. Pero ni loca le contaría a Saray o a Mónica. Ellas pegarían el grito en el cielo cuando supieran quien es; se fijarían en su aspecto poco cuidado, en su falta de dinero y en su familia desconocida. Y si eso lo hacían ellas, no quiero ni imaginar el resto de la universidad que conoce a mis padres. Sería una noticia bomba, se esparciría como un virus y llegaría a oídos de mi familia en cuestión de horas. Incluso ahora puedo escuchar la voz de mi papá con ese tono lleno de reproche diciéndome lo descarrilada que siempre voy por la vida. Así esté siguiendo sus pasos o ganándome un puesto de honor en mi clase, siempre voy a ser una decepción para él.

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