Capítulo 17

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Linda

La siguiente semana se movió todo con el plan de Zaira. Lo acusamos anónimamente pero con una fecha de publicación de los nombres frente a las directivas mayores de la universidad. Fuimos a las cabezas porque estamos cansadas de no ser escuchadas y que se menosprecie este sufrimiento.

No podíamos demostrar sus nexos ilícitos pero teníamos mucho material para probar su acoso. Y lo pusimos en mayúsculas: ACOSO SEXUAL.

Hoy es el día de la publicación de los nombres y ya media universidad está al tanto de que Liroa tiene una acusación seria. Incluso mi padre, a quien le conté los pormenores sin darle detalles, está pendiente de que la acusación sea pública y así escribir una nota periodística fuerte contra el acoso. No solo porque el tema es de actualidad, sino que con eso lograría mover los hilos de aquellos que nunca nos han prestado atención.

Solo de imaginar el titular: La hija de un gran benefactor de la universidad está siendo acosada por Lucas Liroa, hijo menor del afamado empresario Emilio Liroa.

Va a ser todo un escándalo.

No le he dicho nada a Ed porque me parece que la discreción y la sorpresa son piezas fundamentales en la conferencia de prensa.

—Señorita Moncada, ¿está lista? —pregunta el rector de la universidad con un gesto duro.

Adaptaron una de las salas para que los camarógrafos se acomodaran y los asistentes estuvieran más atrás. Y como todo fue tan misterioso, ya no hay puestos libres y muchos están tratando que los dejen entrar así no puedan sentarse.

—Estoy lista —confirmo mientras cierro la cortina para dejar de espiar y concentrarme en la declaración que tengo que hacer.

—¿Dónde están las otras dos chicas?

—Están atrás.

Y aunque no dice más, en sus ojos puedo ver ese escepticismo. De alguna manera, somos nosotras las juzgadas y no el imbécil de Liroa. Espero que solo sea el caso del rector y que el resto de la junta directiva sean más compasivos.

Un bullicio interrumpe el desplazamiento del rector hasta el micrófono. Vuelvo a asomarme por entre las cortinas que separan la parte trasera del auditorio y el escenario y puedo ver como los asistentes señalan a Lucas entrando al lugar acompañado de dos de sus gorilas. Contengo el aire cuando él desplaza a uno de los chicos que estaba en la primera fila con un golpe contundente y un empujón que terminaron sus guardaespaldas.

Todas las cámaras captaron ese momento.

Si esa es su idea de defenderse de los cargos, va mal encaminado.

—Buenas tardes, estudiantes —empieza el rector luego de aclararse la garganta —. Hoy estamos aquí para escuchar una acusación pública de tres chicas contra Lucas Liroa, quien acaba de llegar —en su voz se puede interpretar el fastidio que le tiene. Los asistentes también lo miran pero él no parece incomodarse.

Un suave toque en mi hombro me provoca un respingo y tengo que soltar la cortina para girarme.

—¿Cómo va todo? —pregunta Zaira.

—Empezando —respondo con cierto recelo. Tengo mucho miedo en este momento.

—Ella es Jenny —ella me extiende la mano y yo la imito.

Jenny es muy parecida a mí. Su piel es oscura y sus ojos son de un intenso azabache. Lo único diferente es que usa su cabello rizado al natural, formando un pequeño afro bien controlado. Su cuerpo es curvilíneo y delgado. Es obvio que ella es hermosa.

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