Capítulo 15

28 4 14
                                    

Linda

Antes de meterme a su cuarto, pasé una cantidad incontable de tiempo reflexionando si era lo correcto. No le pregunté a nadie porque si le decía a Anto ella seguro me ayudaría y si le preguntaba a Mónica pegaría el grito en el cielo. Ambos extremos me podrían disuadir de intentarlo.

Sin embargo, no esperaba que Mike llegara arrastrando a Edward por lo ebrio. Ed aunque aún consciente, tambalea de una manera que me deja claro que está a punto de desplomarse.

¡Genial!

—¡Vaya! ¿A quién tenemos aquí? La señorita problemas en persona —empieza Mike con cierto recelo.

¿Señorita problemas? ¿Así que por mi culpa Ed está en ese estado?

—¿Linda? —balbucea Ed. Mike lo recuesta en su cama mientras yo salto de la litera.

Ed duerme arriba, así que esperaba que no me viera sino hasta que se fuera a acostar, pero como llegaron haciendo ruido y riéndose como tontos, tuve que mirar que pasaba. Mi plan fracasó de una manera que no preví.

—Hola Ed, ¿estás bien?

Bufa tan indignado que me hace retroceder. Estuve a punto de acariciar su rostro con mis dedos.

—¿Bien? ¿Cómo voy a estar bien? Si cada vez que te veo o intento algo contigo mi corazón se parte más...

Mike niega con la cabeza como si eso fuera una confesión absurda.

—Creo que queremos descansar —me dice Mike echándome disimuladamente.

—No me iré hasta que Ed me lo diga —me cruzo de brazos decidida a trasnocharlos si es necesario hasta que él vea que estoy arrepentida.

Me duele infinitamente haberlo lastimado pero estoy convencida que era lo mejor en la situación que enfrentábamos. Así por lo menos, Lucas no lo pondrá como objetivo.

—Haz lo que siempre haces conmigo... —dice con la lengua pesada y balbuceante. Intenta sostenerse con los codos pero se resbala y golpea su espalda con el colchón. A los segundos lo intenta de nuevo y esta vez sus ojos están llenos de resentimiento —. Vete de aquí, Linda.

Aunque su voz no fue autoritaria, si estuvo cargada de dolor. Un dolor que le he venido causando sistemáticamente con mis dudas y mis juegos. Que no quiera verme es apenas justo, pero mis lagrimales me traicionan y pronto tengo las mejillas empapadas de lágrimas.

Ed vuelve a dejarse caer en el colchón y esta vez cierra los ojos con fuerza. Evita mirarme porque sabe que sería mucho para resistir.

No busco su lástima, así que doy media vuelta y salgo de la habitación como si me hubieran ofendido. Azoto la puerta con violencia, lo cual hace retumbar todo el lugar. Varios ojos curiosos se quedan observando la escena, así que doy pasos largos hasta que llego a mi edificio y a mi habitación.

***

Supongo que fue una mala decisión tratar de forzar las cosas de esa manera. Y aunque no voy a disculparme por hacerlo tampoco voy a seguir haciendo las cosas igual.

Si de verdad quiero demostrarle a Ed que no todo lo que he dicho o hecho es falso, tengo que deshacerme del principal problema que tendríamos si de verdad le doy paso a mis sentimientos y dejo de retenerme: Lucas.

Ese no es cualquier problema. Es uno gigantesco. Primero que todo porque está convencido que yo voy a fijarme en él y segundo porque tiene recursos económicos para hacer y deshacer a su gusto.

OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora