Un cigarro mas compartido -Capítulo 10-

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Sonríe y me muestra esas perlas hermosas en su rostro. Este hombre tiene que ser mío, todo este tiempo mi conciencia estuvo jugando carreras con mi corazón para ver quien llegaba más rápido a la pared, solo que mi conciencia se olvidó los frenos en la casa y se dio un gran golpe contra la pared y mi corazón gano y se apodero de mí.

 —  No pero pediste la cuenta y asocie que ya nos íbamos, disculpa. —me saque el saco y me acomode de nuevo en la silla — de aquí me llevas a mi casa, ¿verdad?

— ¿ya quieres irte a dormir? No niña aún nos falta, no mucho, aseguro llevarte a tu casa antes de las 10:30 pm.

La camarera llego con la cuenta, gastamos nada más que cien dólares, una baratija para él, yo no diría lo mismo ya que no tengo plata que solo para cigarros, ahora que trabajo podré pagarme un buen almuerzo o una buena cena.

— ¿quieres quedarte o vamos por ahí a caminar? — me lo propone tan dulce, me dan ganas de abrasarlo y darle besos en las mejillas

— ¿caminar fumando un cigarro? —sonrío —eres a la persona que más le he dedicado sonrisas en mi vida —río tímida.

— Me siento privilegiado entonces, gracias, un hermoso alago para mí, eso quiere decir que puedo sacarte más sonrisas —ríe y me queda mirando con una sonrisa.

— Podría ser, si tampoco me sacas lagrimas solo serán sonrisas.

— Que sean sonrisas entonces.

Se para, rodea la mesa, agarra mi chaqueta y me paro, en eso me coloca la chaqueta suavemente, disfruto esto, nadie lo había hecho, es hermoso.

Llegamos a una plaza, ¿Por qué estamos acá? Mi conciencia aún intenta recomponerse pedazo a pedazo, creo que para cuando termine el corazón le jugara otra carrera, já. Estamos caminando, cuando salimos del restaurant me tomó la mano y salimos así, no lo negué, ¿Por qué? Acomodo mi bolso delante de mí y seguimos caminando un poco más, ya está oscureciendo, la noche está verdaderamente perfecta. Le suelto la mano, se asombró, sonreí y saque un cigarro y lo encendí, ¿querrá compartirlo también? Le tiendo la mano con el cigarrillo para ver si quería y sí, me lo acepto. ¡Tercer cigarro que compartimos!

Después de una larga caminata y unos cuantos cigarros por fin estoy en casa. Me gusta, sí, pero quiero estar en mi casa, con mis libros que de seguro me extrañan. Decido bañarme, un buen baño siempre hace bien al cuerpo y más uno de agua caliente en días fríos. Me miro al espejo, tenía una sonrisa en mi rostro, raro de mí porque desde que soy niña, antes de que mis padres fallecieran que mi rostro no tenía una sonrisa y así, de esa manera, feliz.

Salí del baño me vestí y me dirigí a mi habitación 11 pm, me tire a la cama y como nunca no fume un cigarro antes de dormir, ¡la primera vez! Y me sumergí en algo así como el tercer o cuarto sueño.

Al fin y al cabo ambos somos iguales. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora