La mentira y el enojo -capitulo 5-

307 22 0
                                    

Y ahí todo se quedó mudo, nadie dijo una palabra hasta llegar a la puerta del editorial. Me bajé, empecé a caminar y  de repente se frena adelante mío estorbándome el paso.

—     ¿te pasa algo?

—     No, solo que me mentiste y agh, deja. —intento pasar— por favor ¿me dejas pasar?

—     ¿te has enojado? — hacer una mueca— vamos por favor.

Lo ignore y seguí, entré, el jefe me indico donde tenía que ir y obedecí, quería el empleo sí o sí. Pero mi cabeza no dejaba de pensar, y mi conciencia repetía todo el día lo mismo “él te engañó” con una risa intensa. Mi cabeza no quería reconocerlo, ¿de verdad me mintió? ¿Por qué razón? ¿Quería seducirme? No, no lo creo.  ¿Acaso quería que yo lo ayudase con su tratamiento? ¿Me quiso ayudar a mí? No lo sé

Cuando ya tenía mi lugar asignado y me dirijo a él. Me dieron bastante papeles para ordenar, leer, corregir, etc.

Luego de tres horas encerrada ahí me empozo a faltar lo que consumo todo el día: cigarros.  Abstinencia, faltaba el cigarrillo, nunca estuve tanto tiempo en mi vida sin el maldito pero hermoso tabaco. Justo vi como la asistente cruzaba el pasillo, caminaba correcta y prolijamente que quise imitarla pero nada salió igual y me rendí, se dirigía a la oficina del jefe y fui hacia ella con un trote rapidito.

—     ¿A usted nadie le informo que no se corre dentro de una oficina? —la muchacha que el primer día había sido amable no fue porque éramos nuevos, sino que fue porque estaba Justin, el hijo del jefe, cuando lo miraba a ella los ojos le brillaban, ¿sentía algo por él? acaso parece ser que si. —

—     Disculpe señorita —dije irónicamente— quería solamente hablar con el jefe.

—     No sé lo que el pensara, déjame ver qué puedo hacer por ti flacucha

¿Se burló de mí? ¿Por mi apariencia? Agh. Esta mujer ya no me agrada, cuando dijo “no sé lo que pensara, déjame ver qué puedo hacer por ti  FLACUCHA” y luego, me miro de arriba abajo, esta mujer es repugnante.

—     El jefe dijo que puedes pasar.

—     Gracias. — respondí correcto y cortante, no tenia más nada que hablar con ella—  

Entro y estaba Justin con su padre, me sonrío pero miró hacia abajo. ¿Y cómo le decía que quería salir? Y encima…  ¡A FUMAR!

—     ¿qué pasa querida? ¿algún problema?

—   Sonrío— además de su secretaria —río— no, solo quería pedirle si podía salir antes, tengo unos problemas que solucionar.

—   ¿qué es lo que sucede con mi secretaria? —me mira confundido— ¿quieres retirarte antes? Bueno si sí, tienes mi permiso. — no creo que se haya interesado mucho, si es que me dío el permiso así de rápido— 

—     Nada, su secretaria me llamo “flacucha” por mi estado físico, diría que ella no me conoce verdaderamente.

—     Ok, lo hablaré con ella.

Justin me veía como hablaba con su padre, lo tímida que estaba.

—     Bueno padre, yo me iré, ¿sí?, piensa lo que hable contigo.

—     Ok ok, adiós Daina , nos vemos mañana, ojala resuelvas todo.

Trate de salir lo más rápido posible para no toparme con Justin, pero no fueimposibleí, me corrió, yo solo caminaba rápido sacando el atado de mis cigarros, metiéndome uno en la boca, encendiéndolo y siento que me agarran de la mano.

—     ¿Qué es lo que te sucede? Estoy angustiado Daina.

—     Mira Justin, tú me mentiste ¿sí o no?

—     Sí pero... —lo interrumpí—

—     Sí pero nada, me mentiste y no, todavía no logro entender por qué —esfuerzo a que me suelte la mano y sigo caminando—

—     Deja que yo te lleve.

—     No,  déjame, puedo viajar sola, no soy una niña de tres años.

Llegue a mi casa, me tire a la cama, prendí un cigarrillo y de repente suena mi celular. Texto del señor Justin.

-Texto-

Justin: — Creo que estas enojada y es lo así, te pido perdón, de todo corazón, no quise hacer eso pero si hablo de mis padres todos dicen que soy un niño mimado y que solo hago eso para llamar la atención de las niñas, pero no. Disculpas, acéptalas por favor.

Inhale un poco de mi cigarro. Exhalé. Miré mi móvil. Inhalé y exhalé, hasta que reformule una buena respuesta.

Al fin y al cabo ambos somos iguales. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora