La víbora obesa -capítulo 15-

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—   ¿no ves? No puedes estar con una loca, una flaca inmunda —se reía en mi cara, esta mujer me da asco, no viajare con esta peste—

—   ¡YA, MIRIAM, CALLATE! ¡TU QUE SABES! —esta vez la enfrento Justin, mi héroe—

Entró Jeremy y vio a Miriam riendo y yo tratando de sobrepasar a Justin para que me dejara golpear a esta mujer repugnante.

—           ¿¡QUE ES LO QUE SUCEDE ACA?! —me congele, había gritado, la víbora se quedo congelada, Justin me abrazo. Quede en su pecho, desbastada, dolida, me había matado, ¿es por eso que no quería juntarme con nadie? —

—   tu mujer, eso pasa. —Justin enojado, conmigo en su pecho decidió salir a la vereda, yo estaba en un llanto ahogado—

—   quiero irme a mi casa Justin, no viajaré con esta peste, esta mierda de persona, no, nunca. —lloraba, agachaba la cabeza mientras él trataba de encontrar mis ojos—

—   quiero que vengas conmigo, por favor, te cuidaré, estarás conmigo —me ruega, me implora—

En eso sale Jeremy con Miriam del brazo, lastimándola, lo notaba en su cara. Pero no me importaba, ella me había hecho llorar, era una mierda.

—   Justin ella me lastimo no —mis lágrimas caían, no podía dejar que él me viera llorar—

—   ¿Daina? ¿estas llorando? —cuando musito eso Jeremy mis ojos dejaron de largar agua—

—   claro que no señor, tranquilo. —mentira, estaba en el pecho de Justin a puro mar—

—   JA JA, ¿llorar? Se va a morir si llora, no ves, es hueso puro. —me enoje y la insulte—

—   cállate, ¿acaso no puedes? Mira tú, yo estoy en perfecto estado, ¿y tú? ¿acaso te viste al espejo? ¡OBESA! —pues claro que lo estaba, obesa, era una vaca—

—   tu me envidias —ríe y Jeremy la obliga a entrar en el auto—

—   discúlpenme pero se me fueron las ganas de viajar, nos veremos cuando lleguen, si es que aun sigo en la empresa. —digo, algo culpable—

—   claro que aun trabajas en la empresa —musita Jeremy, eso me alivio— ¿de verdad no quieres ir? ¿es por ella?

—   ¿acaso no ves como la trata padre?, tu mujer es una mal educada. —contesta Justin furioso, lo comprendo estoy igual— ¿no veías como lloraba en mi pecho?

—   Entonces, ¿de verdad estabas llorando? —se nota la tensión en la cara de Justin y la cara de preocupación de Jeremy, el cual se disculpo por tener una esposa tan insolente— vamos por favor, ¿te vas a perder el sueño de tu vida?

—   Lamentablemente si, no quería desaprovecharlo pero ella me quito las ganas, con todo respeto, es su esposa, pero su hijo tiene razón.

—   Agacho la cabeza— de verdad lo lamento, le diré que te implore disculpas, ahora anda, suban al auto.

Justin trato de sonreírme pero se notaba que estaba enojado, parecía que quería matar a alguien. En todo esto me dio ganas de fumarme tres atados de mis cigarros pero, no no tenia encima y solo me quedaba masticar chicles.

—   ¿Notas lo insolente que es hasta para masticar chicle?

¿Que esta mierda no se cansa de criticarme todo el día? Desde afuera se escucha el grito del señor Jeremy hacia Miriam, enojado, diciéndole que la termine, que no se comporte como una niña. Ahí fue cuando todo acabo y con Justin nos montamos al auto, ella tenia puestos unos lentes negros, una sonrisa de satisfecha, sabia que me había dolido todo, y yo sabia que a ella le había dolido que le diga obesa.

Al fin y al cabo ambos somos iguales. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora