Valle de la muerte, California, Estados Unidos.
20 de octubre del 2010
Un grito ahogado emití cuando la gravedad azotó con fuerza mi cuerpo. Las turbulencias en el armazón del avión eran mucho más violentas, y hacían vibrar todo lo que estaba a mí alrededor. El ambiente se había vuelto hostil en menos de un momento, justo cuando el avión comenzó a colapsar de la nada. Y aunque todo el personal que laboraba abordo hablaba a través de los altavoces, las palabras fueron entorpecidas ante los gritos y el desespero del resto de las personas. Quería seguir gritando, pero la presión que sentía en mi estómago, me hizo imposible hacerlo. Había quedado muda literalmente.El impacto que ocasionó fue tan fuerte, que simplemente sucumbí ante la fuerza que me impulsó contra el suelo; golpeándome con el metal que se había desgarrado del asiento que estaba frente de mí, el cual hizo un corte en mi frente, para luego impactar de lleno contra el suelo y dejarme llevar por el dolor y el cansancio...
Cuando desperté, el dolor calaba mi cuerpo y no pude evitar emitir una mueca de dolor. Aunque me costaba respirar, podía percibir el olor a quemado en todo el lugar, desde el plástico, el cuero y una mezcla de carne quemada. Solo tuve que alzar la vista un poco, para darme cuenta que parecía haber llegado a un lugar tan inhóspito como una selva.
No tuve más tiempo para inspeccionar el lugar cuando el dolor causado por el impacto no me permitía pensar algo más que mi cercanía con la muerte, tal vez era algo inminente y entre los gritos, los gemidos, el llanto, el fuego y el olor a sangre, era probable que todos acabáramos de la misma forma, por ello, cuando el dolor comenzó a ser incluso más fuerte y mi cuerpo se dejó llevar por él, no tuve reclamos en que de una vez por todas Dios cesara mi dolor y me llevara junto a él.
San Francisco, California, Estados Unidos.
01 de noviembre, 2010
«El pasado 20 de octubre un avión de Aerolíneas Delta, que transportaba a más de 240 personas desde Santiago, Chile, hasta San Francisco, California, sufrió un horrible accidente cayendo, a solo unas horas de su llegada, en el Parque Nacional del Valle de la Muerte. Hoy tras 13 días de angustia y desesperación, se ha informado que las dos personas que se encontraban en estado crítico han fallecido, dejando así a una única sobreviviente que actualmente se encuentra fuera de peligro, pero en un coma inducido. Ampliaremos la información durante el día.»El sonido del televisor se apagó de pronto, mientras me estaba forzando a abrir mis ojos para confirmar que aquello solo era un sueño y no mi realidad. Cuando logré aclarar mi mirada me encontré con Solar, una amiga que había conocido cuatro años atrás en el trabajo, ella estaba sonriendo y un tanto agitada al notar que estaba despertando. Intenté hablar, pero mi boca se sentía tan reseca que de mi garganta no pude emitir más que un gemido de dolor al sentir como mi cuerpo se oponía a mis movimientos.
—Jesús, despertaste, llamaré al médico.
Salió corriendo de la habitación, aunque hubiera preferido que se quedara para que me explicara lo que estaba ocurriendo. Sentí que nada tenía sentido, pero cuando cerré los ojos nuevamente, las imágenes del descenso, el desastre y los gritos, todo volvió a mí, por lo que preferí estar alerta incluso cuando todo me decía que volviera a dormir.
A los minutos llegó nuevamente Solar con un equipo de médicos que comenzaron a chequear mis signos vitales, hicieron pruebas y me dieron indicaciones que al parecer eran para Solar más que para mí que ni siquiera podía moverme o responder adecuadamente. Cuando al parecer confirmaron que estaba consciente salieron diciendo que volverían para luego llevarme a hacer otros exámenes físicos.
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Sobreviviente #DesafíoPremiosLion
Kısa HikayeUn accidente. Una oportunidad de vivir. O un simple error en los cálculos de Dios. * Desafío tercera fase de Premios Lion 2018 Mención especial en mejor abordaje psicológico y mejor historia reflexiva.