Kirishima's Monsters [Boku no Hero Academia]

#2: Un lobo bastante amargado

†††

Kirishima tenía que hacerse a la idea de que, a partir de aquel día, tendría que convivir con un rubio diablillo bastante extraño.

Habían muchas cosas que no comprendía, pero supuso que no eran de importancia.

¿De verdad seres como Kaminari convivían entre los humanos pasando desapercibidos?

—Creo que ya está… —comentó para sí después de doblar la última caja vacía que le quedaba y secándose parte del sudor de la frente al pasar un brazo por esa zona.

Tal y como se había imaginado, ya era bastante tarde, así que solo podía darse una ducha, cenar algo e irse a dormir; Al fin y al cabo, mañana comenzaría su nueva vida escolar en U.A.

Miró a su alrededor y vio cómo Denki permanecía en la esquina del cuarto y se había vuelto a dormir con la boca abierta.

“Aún así…”

La curiosidad volvió a invadir a Kirishima, el cual se acercó con cuidado de no hacer ruido y se inclinó para poder contemplar mejor a aquel rubio.

El pelirrojo estaría mintiendo si dijera que Denki no le parecía atractivo.

Las rayas negras de su cabello eran bastante llamativas, pero los cuernos que tenía tampoco se quedaban atrás. Y, sobre todo, esas alas y esa extraña cola negra eran lo que más le llamaban la atención.

“En fin…”

Suspiró con una leve sonrisa y decidió no desperarle; parecía estar bastante feliz durmiendo así.

[...]

—Supongo que no me olvido nada —murmuró Kirishima para sí con alegría.

Había amanecido y aquel pelirrojo estaba preparado para su primer día de clases en U.A.
Le hacía ilusión descubrir qué tipo de personas conocería y cómo sería su futura vida escolar.

Le extrañó el hecho de que Denki hubiera desaparecido cuando se despertó, pero optó por ignorar aquel detalle y dirigirse a la cocina para desayunar algún producto en conserva, ir al baño y ponerse el uniforme respectivo.

“Creo que debería aprender a cocinar otras cosas que no sean carne…”

Se encogió de hombros, cogió su mochila y, con una radiante sonrisa, salió de casa rápidamente dispuesto a no llegar tarde el primer día.

Pero lo que Eijirou no sabía era que U.A. escondía un pequeño secreto.

[...]

—Clase 1-A… —murmuraba mientras buscaba por los pasillos dicha aula—. ¡Ah, aquí está!

Diversos alumnos caminaban de un lado para otro conversando entre ellos y buscando sus clases correspondientes. El ambiente era acogedor y alegre, así que Eijirou supo al instante que todo iría bien y que seguro que su clase tendría a muchas personas amables y amigables.