#24: El celo de Kacchan (2da parte)

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ADVERTENCIA: Pequeño lemon DekuKatsu

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“—Midoriya… Ayuda” —comunicó Shouto mentalmente, utilizando su habilidad para la situación de emergencia.

“—¡D-De acuerdo!” —confirmó Izuku.

Había llegado el turno de fantasmita.

[...]

Bakugou, a pesar de haber acabado por completo con Todoroki, el cual no podía más, no estaba en absoluto cansado.

El celo de los hombres lobo era casi insaciable; podían estar días copulando entre ellos. Probablemente, en ese mismo instante los hombres lobo de la manada que abandonó Katsuki, estarían en una situación similar.

Pero eso era lo que menos le importaba al rubio en ese momento; lo único en lo que podía pensar era en continuar. En continuar haciéndolo con quien sea, con cualquiera que se cruzase en su camino.

—Ya estoy aquí… —se escuchó la voz de Izuku, quien había atravesado la puerta y ahora se hallaba dentro.

No muy lejos, pudo notar que Todoroki se había convertido en murciélago. Parecía tan cansado que era incapaz de moverse; ni siquiera se alejó del líquido blanco en el que estaba apoyado. Bakugou le había derrotado por completo.

—H-Hola, Kacchan —saludó algo nervioso al ver a su amigo de la infancia y ruborizado debido a la situación en la que se encontraba.

Básicamente, desnudo y lleno de sudor y de otra sustancia pegajosa y blanquecina.

La respiración agitada del rubio, lo rojo que estaba su rostro y el cómo le miraba con el ceño fruncido, hizo que Midoriya tragase saliva al imaginar lo que le esperaba.

Y, si Izuku debía ser sincero, era una de las cosas que más ansiaba cada año.
Porque, al volverse tangible, también podía sentir placer.

—¿Cuánto tiempo más quieres que espere? —aplicó Katsuki, sacándole de sus pensamientos y acercándose rápidamente hacia el fantasmita—. Quítate eso de una maldita vez, Deku —ordenó, haciendo referencia a la tela blanca que recubría su cuerpo.

Dejando su linterna a un lado, Midoriya se dispuso a obedecer, sintiendo el ambiente cada vez más caliente. El joven de cabello verde no podía negar que, en realidad, le gustaba mucho poder contemplar a Katsuki en esa situación.

Estaba desesperado. Respiraba mucho más rápido y fuerte de lo normal, su rostro ardía y le miraba como si fuera su presa; su próximo objetivo, en quien arremeter con fuerza hasta quedar satisfecho.

A pesar de haberlo hecho otros años, para Izuku seguía siendo algo especial.

Ser capaz de complacer a su amigo de la infancia, significaba ser capaz de ayudar a alguien. Y, si ese alguien era la persona a la que amaba, le hacía sentirse mucho mejor.

Kirishima's Monsters [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora