Sweet Dream X

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Ambas estaban una en frente de la otra en la pequeña cama de Yuzu.

Habían pasado apenas unas horas desde que Yuzu decidió besarla, ambas se quedaron en silencio y Yuzu corrió a su casa, claro que Mei iba justo detrás de ella, y bueno... así acabaron las cosas.

Las 3:04am del día domingo, Mei miraba cómo la rubia la observaba de reversa cómodamente, sin decir absolutamente. Mei acomodo el cabello de la rubia, poniendo los pequeños mechones que cubrían su mejilla detrás de su oreja.

Mei sonrió, notando un libro debajo de la almohada de Yuzu.

-" ¿El diario de Lywar?"- preguntó Mei señalando la almohada.

-" Es mi favorito ."- susurró Yuzu cerrando sus ojos -" <Tal vez encuentres lo que buscas en la oscuridad, porque todo lo que se pierde está allí, pero recuerda que por muy dentro que estes en la oscuridad, no debes volverte parte de ella, solo debes encontrar lo que estás buscando.>"- narró su frase favorita del libro, con una pequeña sonrisa para después abrir sus enormes y envolventes orbes verdes esmeralda.

Tres golpes sonaron contra la madera negra de la puerta principal de la casa Okogi, Mei frunció su ceño mirando el reloj en su muñeca: 3:29am.

-" Voy a ver quién es ."- dijo Yuzu levantándose de la cama, Mei se limitó a asentir.

Mei escucho una voz masculina bastante grave, pero no tanto para que fuera de una persona adulta.

Asomó su cabeza fuera de la habitación para ver de quien se trataba.

Pero lo único que sus ojos vieron fue un cabello blanco desordenado, antes de que Yuzu cerrara la puerta principal. Mei pudo notar en los ojos de Yuzu, un sentimiento parecido a la duda, o lo que conocía de ella.

-" ¿está todo bien?"- preguntó Mei, acercándose a Yuzu.

-" Si, solo era un viejo amigo ."- informó Yuzu con una sonrisa.

Mei no preguntó nada más, ni porque venia a esta hora de la madrugada, ni que era lo que venia a averiguar, solo se quedó callada y volvieron a la habitación en silencio.

Ese mismo día en la tarde, Mei y Yuzu fueron camino a la biblioteca en petición de la pelinegra, pues Mei quería más de lo que podía masticar y comprar más libros.

-" ¿Acaso has terminado aunque sea algún libro?"- preguntó Yuzu con una voz burlona.

-" Cuatro de diez ."- murmuró Mei mirando un pequeño cuaderno entre sus manos, el mismo cuaderno en el que estaban las cosas que le gustaban a Yuzu.

Fue cuando miró una frase que la hizo sonreír.

"Le gustan las crepas dulces."

Fue así como ambas terminaron con crepas en sus manos, y Yuzu con una amplia sonrisa en su rostro. Fue así como Mei logró sentirse feliz.

Compro seis libros al azar, sin mirar la portada, ni el autor y tomó el primer tomo de un manga que le llamo la atención.

-" ¿Hiciste tus deberes?"- preguntó Mei a Yuzu, refiriéndose a las tareas de su escuela.

-" ¡Claro que si! No soy tan irresponsable."- dijo Yuzu abrazando a Mei con fuerza -" Gracias por preocuparte por mi ."- susurró Yuzu en el oído de Mei, pasando sus brazos por sus hombros y poniéndose en las puntas de sus pies, enredando sus manos en el cabello oscuro de Mei.

Mei sintió algo molesto en su corazón, incluso creyó que podía escucharlo golpear su pecho, era doloroso, pero se sentía dolorosamente bien.

-" Gracias por aparecer en mi vida ."- susurró Mei en el odio de la rubia, quien sintió un escalofrío en su espalda al escuchar la intensidad de la voz de Mei.

Los sentimientos son difíciles de controlar, y las cosas empeoran con El Paso del tiempo. Pero justo ahora, todo parecía ir bien, solo parecía. El mundo es bastante contradictorio, y puedo decirte que lo que te sucede bueno justo ahora, dentro de unos días el mundo te hará sentir todo lo contrario, pero así es la vida y de este modo es que se manejan las cosas, así controla el destino a la humanidad y todo lo que la rodea.

Mei posó sus manos en las caderas de la rubia, sus ojos que antes estaban cerrados observaban la portada de uno de los libros que compró, y de este modo sus ojos tomaron un brillo que los hacía lucir más profundos de lo que eran.

Apretó aún más a la chica entre sus brazos contra su cuerpo y suspiro.

-" Te quiero, Yuzu ."- murmuró apretando sus labios, notando que había dicho algo sin pensar nuevamente.

Escucho una risita de parte de la rubia y una respuesta que acelero su corazón aún más.

-" Te quiero, Mei ."- dijo Yuzu besando la oreja de Mei con cariño.

El día nueve,  Mei llamo a Yuzu por su primer nombre por primera vez, y aparte de eso, Yuzu y Mei se unieron de una manera inseparable, que Fujiwara se encargaría de separar al día siguiente.

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