18: Miedo De No Volverte A Ver (parte2)

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Narra Jaden:

El estruendo que hize al caer fue impresionante. Sentí que algo se me clavó en las costillas, debió de ser un pedazo de vidrio de las botellas sobre las que caí. Mi sangre brotó de mi cuerpo al igual que el terror en mi corazón.

Pero no pude gritar, no me pude quejar, la mordaza apretaba mucho.           

Uno de los hombres que me había traído me levantó bruscamente por el cuello de la camisa, me encaró a él y se rió.

—¿Sabes qué? No está tan mal, podríamos venderlo, seguro ganamos más que pidiendo rescate por ella.

El otro hombre se acercó a mí también. Apreté los ojos cuando pasó una mano por mí mejilla. No quería verlos, así me daban más miedo.

Si no me hubiera salido de casa tal vez ésto no habría pasado... Todo es mi culpa. ¿Porqué se me ocurrió hacer algo así?

∆∆∆

Ya estaba harto. No soportaría ver a Todey a la cara de nuevo después de lo que hizo. No... Aunque ya no pensara tanto en Nick o tal vez me comenzó a gustar Michael, seguía siendo mi novio eso es lo que me dolió. Si tal vez me lo hubiera explicado antes...

Mi corazón latía salvaje cuando abrí la ventana de mi cuarto y salí de un brinco. Al caer sobre los arbustos me herí las piernas e hize mucho ruido, pero no había señales de que Todey hubiera escuchado. Solté un suspiro, aliviado.

Caminé tan solo unos pasos bajo la luz de la Luna y me topé de frente con tres tipos de complexión musculosa. Parecían algo de barrio y en un principio me sobresalté, pero tomando en cuenta que iba vestido de chica tal vez no hubiera problemas. Y recordé que no tenía idea de adonde ir así que tal vez ellos pudieran ayudarme.

—Hola —les ofrecí mi mejor sonrisa — Ehh... Es que... Es complicado pero quiero escapar de casa. ¿Me pueden ayudar? No se adonde ir...

Uno de ellos me sonrió.

—¿Acabas de salir de casa encanto?

—Sip —señalé a la ventana semi abierta de mi casa por donde acababa de salir.

Los tipos se miraron entre ellos.

—Que interesante eh muñeca... ¿Porqué no vienes con nosotros? conocemos un lugar donde puedes pasar la noche —me ofreció uno de ellos, que llevaba la mitad de la cara tatuada y el cabello largo marrón recogido en una coleta.

Dudé un poco, pero esos tipos no parecían tan malos... Y no quería pasar el resto de la noche durmiendo entre los arbustos del parque. 

—Eh... Si claro. Muchas gracias.

Uno de ellos sacó un papel y garabateó algo, se alejó un poco de nosotros pero no distinguí hacia donde fue porque los otros dos me tomaron por los hombros y me alejaron de allí.

—Y dinos linda, ¿Cómo te llamas? —me preguntó el de cabello largo.

—Jade —les di mi nombre falso, no quería que supieran que era un chico porque quizá se enfadaran o algo así.

—Lindo nombre muñeca.

Caminamos un poco y de pronto llegamos a un callejón muy oscuro. Sentí un escalofrío, pero no tenía nada de que preocuparme con esos hombres a mis flancos.

A medida que nos adentramos más en el callejón la oscuridad se hizo más sólida.

—Emm... ¿Estar aquí es seguro?

El miedo fue creciendo en mi interior mientras esperé una respuesta que nunca llegó.

Me di la vuelta y los tipos quedaron frente a mí.

—Eh gracias pero tal vez deba regresar...

—¿Porqué bonita? ¿No confías en nosotros?

—No es eso...

—Que bien en ese caso...

Alguien me amarró los brazos por detrás, traté de soltarme pero no pude y entonces otras manos me amordazaron. Mis patadas era inútiles y no pude gritar por ayuda. El terror que sentí fue inmenso cuando esos dos comenzaron a arrastrarme por la dura calle, sintiendo como cada roca se clavaba en mi piel. Me retorcí con el desesperado afán de zafarme pero fue en vano y las fuerzas me abandonaron.

∆∆∆


—Naa ¿Porque venderla? Hay que quedárnosla.

Abrí los ojos como platos. No. No porfavor.

—Como tú dijiste, no está nada mal.

El de cabello largo metió una mano debajo de mi falda y abrió los ojos sorprendido. Una chispa de esperanza se encendió en mi corazón, quizás al ver que soy un chico me dejarían...

—Oye cabrón, es hombre...

El otro lo miró y levantó completamente mi falda. Pero su mirada se tornó lasciva.

—¿Y eso qué? Sólo míralo, es muy lindo...

—Bueno, tienes razón. ¿Qué dices? Yo me lo quiero quedar...

—Eso lo veremos después —dijo el maldito con una risa mientras yo casi me desmayaba del miedo —Ahora a divertirnos...









Mi hermano usa falda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora