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-¡No tienes tatuajes!- exclamé después que el contestara mi pregunta. Jamás había sabido de un tatuador que no tuviera siquiera un sólo tatuaje.

-Cero- contestó mientras negaba con su cabeza.

-¿Por qué? Digo, si es que puedo saberlo.

-Claro que puedes. En realidad no es la gran cosa- empezó a explicarme -Verás, SaeHye, aún no tengo ninguno por que simplemente no he encontrado una inspiración, no me ha pasado algo que verdaderamente quiera recordar por medio de mi piel.

-Para mí que te dan miedo las agujas- dije en broma.

-¡Claro que no!- dijo riendo -Es más, el día que me tatúe, te enviaré una foto. Para que veas que no es por miedo.

¿Es broma o de verdad quiere seguir teniendo contacto conmigo después de esto? ¡Que alguien me pellizque!

-Aparte, tengo perforaciones. ¿No es prueba suficiente de que no les temo?- dijo con cara de orgullo, a lo que sonreí.

-Cierto.

Flashback

Estoy camino al taller de escultura un poco más temprano de lo normal, ¿la razón? La clase pasada tardé más de media hora en llegar porque la maestra YeoMin me pidió que le ayudara con la decoración del baile de graduación y el que imparte el taller se enojo un poco por mi impuntualidad.

Caminando por los pasillos, por fin llegué. Cabe mencionar que con 15 minutos de adelanto.

Me asomé desde la ventana, los chicos de pintura siguen dentro, por lo que esperaré afuera. Estaba apunto de irme cuando lo vi, sentado dando brochazos a su lienzo. Su perfil me encanta.

Tenía un poco menos de una semana sin verlo, y noté algo diferente. ¡Se perforó las orejas!

¡Vaya!, se ve aún más guapo.

Será mejor irme ya, antes que se percate que lo estoy mirando. Esperaré que se desocupe el salón en una banca que está cerca.

Fin Flashback

Dirigí mi mirada hacia las orejas JaeBum, la última vez que lo vi tenía dos perforaciones en cada una. Pero ahora tiene algunas más.

-¿Terminaste con eso?- preguntó apuntando a mi lata.

-Si, ¿dónde puedo tirarla?- dije mientras giraba en busca de un bote de basura.

-Dámela, yo la boto.

-Gracias- le dí mi lata vacía.

-No hay de que- dijo en lo que caminaba hacía la sala de donde trajo los refrescos.

-Bueno, creo que es tiempo de seguir- mencionó al entrar de nuevo.

-¿Qué?- pregunté para saber a qué se refería.

-Con tu tatuaje- dijo con cara de confusión.

-Oh, cierto. Lo olvide- dije riendo y él rió también.

El volvió a colocarse los guantes y recargó la aguja con tinta. Me acomodé en la silla y el se acercó de nuevo a mi brazo.

-Recuerda, debes mantenerte relajada- mencionó y después la aguja tocó mi piel, pero esta vez no sentí tanto dolor -Y háblame, no estés tan callada- su último comentario lo acompañó con una sonrisa ladina.

-Esta bien.

tatuaje>imjaebumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora