Un deseo cumplido a medias

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—Pero Hyung...

—De peros nada. Me provocas, tienes tu merecido.

—E-era broma...

Yoongi se acercó al cuello del menor y dejó un par de besos.

—No me gustan las bromas...—siguió con los besos.

—H-Hyung...e-es que n-no...

El mayor suspiró, dejó un beso en su hombro y sonrió un poco, no quería asustarle.

—Está bien...no es como si fuera a obligarte a esto...— se separó de él cuando Jimin se incorporó de golpe y abrazó el cuello del mayor, evitando que este se fuera de encima suyo y tumbándolo con él.

—¿Jimin...?

—Quiero. Pero m-me da miedo...

Yoongi se dió la vuelta, dejándo al rubio tumbado encima de él.

—Jimin...—acarició la mejilla del nombrado— Está bien, no importa, puedo esperar a que tú estes listo...

Jimin negó con la cabeza.

—Quiero. Es solo...que n-no se que hacer...ni como...

El mayor acarició ahora su cabeza.

—¿Quieres probar...? No llegaremos muy lejos hoy...

—No entiendo...

—Iremos por pasos...¿si?

Jimin apoyó su cabeza en su pecho y asintió con ella.
El mayor sonrió y volvió a darse la vuelta situándose de nuevo sobre él.
Jimin ladeó su cabeza dejando barra libre en su cuello para los besos del mayor, los cuales no tardaron en volver a aparecer.
Jimin cerró sus ojos siguiendo a ciegas los movimientos del pálido.

Yoongi fué subiendo sus besos hasta llegar a sus labios, el menor correspondió mientras sentía como los botones del pijama eran desprendidos dejando ver su torso cuando el mayor terminó.
Se separó del beso y se incorporó observando descaradamente al menor mordiéndose el labio.
Jimin agarró una amohada a su alcance y se la lanzó.

—¡Deja de mirarme como si fueras a comerte algo!

El mayor rió y se inclinó hasta rozar sus labios con el pecho del contrario.

—Es justo lo que voy a hacer— dicho eso dejó en el sitio una leve lamida provocando un escalofrio en el menor.
Deslizó sus manos por su piel hasta sacar completamente la prenda del cuerpo debajo suyo dejándole solo en bóxers.
Jimin fijó su mirada en su mayor, él aún llevaba ropa.

—No es justo...

—¿El qué?—preguntó sin detener sus caricias por su torso y besos en su cuello.

—Tú aún llevas...ropa...

El pálido sonrió y dejó una leve mordida en su cuello ganándose un dulce quejido.

—No será necesario sacármela hoy...pero si te molesta...quítala.

Jimin formó un puchero, juraría que el mayor estaba sonriendo cual demonio.
Pero no iba a quedarse atrás por eso. Llevó sus manos al pecho contrario y empezó a desabotonar su camisa con lentitud, observando la blanca piel que se mostraba cada vez que un botón era liberado. Cuando hubo terminado deslizó la prenda por sus hombros y brazos hasta que el mismo propietario se la quitó para volver a besar y ahora morder su cuello.

—H-hyung ¡deja de morderme!

A Yoongi le parecía gracioso la forma en la que reaccionaba a algo así.

El monstruo y su princesa (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora