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Harry
Un hombre bastante alto y de cuerpo robusto fue quien recibió a Liam cuando tocó el botón del departamento y un par de ojos verdes profundos lo miraron asombrado por su presencia. Una tímida sonrisa es la respuesta del castaño, Damián se removió y asomó su carita de la manta que su padre le colocó al salir del taxi.
—¿Liam?— el hombre asintió lentamente. —¡Oh por Dios, eres tú!— salió disparado del departamento y lo abrazó tan fuerte que lo alzó del sueldo.
—Espera, Harry, mi bebé— Damián chilló asustado, aferrándose al cuello de Liam.
—Lo siento— dijo poniéndolo sobre sus pies. —No puedo creer que seas tú.
Harry lo empujó al interior, tenía una sonrisa brillante y el reflejo de sus ojos parecían tener un capa de humedad. Liam pronto sintió la nostalgia latir en el corazón, no se había dado cuenta cuanto echaba de menos a su amigo y la amistad olvidada.
Harry, su vecino de departamento, el único que se convirtió en su amigo recién se mudó al departamento al final del pasillo. Después de unos meses de relación con Zayn quedó embarazado a sus dieciséis, se lo habían confesado a Yaser y éste como buen hombre les dio una importante charla de las responsabilidades que conllevaba tener un hijo. Él les dio la oportunidad de vivir en el departamento, siempre y cuando Zayn demostrara ser un hombre, así que tenía que hacerse cargo de los estudios, la empresa y su próximamente familia. Y así fue como Liam se hizo amigo del rizado en el elevador cuando cargaba un gran cesto de ropa limpia y Harry se ofreció ayudarlo.
Una linda amistad brotó instantáneamente, seguido Harry lo visitaba después de sus clases de Universidad, tenían conversaciones sin sentido y muchos mimos al embarazo de Liam. Solo fue un año y medio que se hospedó ahí, luego Zayn le dio la noticia que la herencia de su madre había dejado una cantidad exacta para una casa y solo unos meses después se mudó con la promesa de venir de vez en cuando.
El castaño venía algunos fines de semana, pero luego la noticia de su segundo bebé, Leight, lo entretuvo mucho y olvido visitar a su único amigo. Harry fue la única persona que hacía verle de otra manera su embarazo, que a pesar de tener un hijo eso no impedía ser feliz e hizo madurar más pronto. Sin embargo, se metió tanto en el papel de servir a su familia que se colocó en segundo plano y ahora su marido e hijos pisan su dignidad.
—¿Y este pequeñín?— Harry se acercó y como muchos picoteo la mejilla regordeta del niño.
—Es Damián— quito totalmente la manta de la cabeza, el pequeño se sujetó firme en Liam.
—Es adorable— alago.
—Se un lindo bebé y saluda— se dirigió a Damián, quien miraba temeroso al hombre.
—Soy un desconocido para él— Harry río al ver a Damián esconderse en Liam. —Vayamos a la sala, debes contarme todo lo que ha pasado estos años.
