Catorce

7.5K 454 266
                                    

Liam abrió la puerta del apartamento y entro en ella seguido de Stan.

—Ire a la habitación a recoger las cosas, tú podrías revisar en el cuarto de lavado, hace poco lave ropa de tu hermano y de seguro está ahí aún.—Stan asintio y se dirigió a la habitación que Liam le indico.

El castaño tomo la maleta con la que había salido aquel día. Suspirando comenzó a ordenar la ropa en la maleta, una pequeña sonrisa en sus labios.

Todo volvía a la normalidad, el sería feliz de nuevo junto a su esposo y sus hijos. No podía pedir más.

—Creo que lo tengo todo.—Stan entro con unas cuantas de bebé en sus manos.—¿En realidad éramos así de pequeños? Creo que no me entra ni un brazo en esa chaqueta.—Stan levantó una mini chaqueta de mezclilla.

Liam río a carcajadas.

—Creeme lo eran. Incluso tu a los tres eras un poco más pequeño que Demian, eras tan adorable. Tu padre me regañaba por comprarte tanta ropa, decía que se iba a perder porque crecias muy rápido.—Stan sonrió ayudando a su padre a doblar la ropa.—Me alegro de haberla guardado, la pude usar toda con Demian.—

—¿Todo esto era mío?—Liam río.

—Se podría decir que la mitad de todo esto, fue ropa que no alcanzaste a usar porque creciste muy rápido.—Liam hizo un leve puchero y Stan río.

—¿Lo siento?—

Liam sonrió y beso la mejilla de su hijo.

—Ire por unas cosas a la habitación de al lado, enseguida vuelvo.—Stan asintio ordenando la ropa de su hermano.

Liam tomo la manta y el oso de peluche favorito de su hijo, asegurándose de que no se le quedará nada, volvió a la habitación, encontrándose con su hijo quién miraba su teléfono.

—¿Ocurre algo, cariño?—Liam pregunto y Stan nego.

—No, bueno si, olvide que tenía que ir a terminar un trabajo en casa de Alice, me mandó un mensaje para preguntarme donde estaba.—Stan hizo una mueca y Liam sonrió.

—Esta bien, cariño. Ve, no es mucho lo que tengo que llevar.—Su hijo lo miro inseguro.

—¿Si? Puedo decirle que llegaré un poco más tarde...—Liam negó.

—Escuela primero, sabes que soy muy serio sobre eso. Así que ve y termina ese trabajo, yo llamaré a un taxi.—Stan asintio, no del todo conforme, pero sin otra alternativa.

—Te llamaré cuando llegue allá, por si necesitas cualquier cosa.—Liam asintio y abrazo a su hijo.

—Ve con cuidado ¿Si?—Liam sonrió.—Te amo, hijo.—

—Yo igual papá.—

Stan le regaló una pequeña sonrisa y se dirigió se encaminó por el pasillo para salir.

Suspirando, Liam siguió ordenando sin prisa la ropa suya y de su hijo.

[...]

La luz del semáforo se puso en rojo y Zayn frenó.

—Estuve pensando que podríamos hacerle algo a su padre, una cena tal vez.—Leight dejo de jugar con su hermano menor y asintio.

—Seria lindo, pero te recuerdo que todos somos un fiasco en la cocina.—Chris mencionó con una sonrisa.

Zayn rio.

—¿Y si ordenamos comida? Del restaurante favorito de tu padre, si la ponemos en platos, tal vez no se note.—Leight dijo con una sonrisa.

La Lección de ZaynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora