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Un Omega de carisma y fuerza, jamás ha sido lo que entra en el círculo de los típicos omegas con tendencia a ser sumisos o en extremo adorables.

No creció en una cuna de oro, mucho supo que era, siempre ha estado con su madre y padre, quienes dedicaban a sus trabajos de tiempo completo actualmente, ya que antes su madre de dedicaba a cuidar de su hijo Omega.

Sus padres jamás le juzgaron por ser un niño Omega, como muchos ancianos creían.

Actualmente sus padre los dejo, pero no de una manera negativa; el hombre sufrió un infarto en medio de su jornada laborar, según los doctores el hombre sufría una grave enfermedad en el corazón.

Después fue su madre, quien entro en una enorme tristeza al haber perdido a su compañero, él trato con todas sus fuerzas poder hacer que su madre luchará por vivir, así sea sin su padre. No pudo, su madre lo dejo para irse con su padre.

—Mi bebé, ve con mis jefes, ellos te ayudarán, te amo, mi niño.

Esas fueron las últimas palabras dichas por su madre, después de un beso en su frente.
La mujer murió entre sus brazos, dejando al joven de en aquel entonces, 15 años.
Tuvo que trabajar en al menos dos trabajos de medio tiempo, dejando la escuela para poder quitarse de encima a las cuentas pendientes de sus padres, cuanto todo estuvo liberado, vendió la casa, la cual estuvo perfeccionando por dos años para poder elevar el precio de la misma.

Consiguió lo suficiente para poder rentar algo más barato como un departamento, era pequeño pero acogedor, suficiente para un adolescente de 18 años.

Ahora mismo se encontraba haciendo las cuentas del mes, desde el agua hasta la renta de su "hogar"

Consiguió una beca en línea y desde entonces está aprendiendo algo tan básico como la administración de empresas y contaduría.

Su objetivo era ser un gran ingeniero, pero la muerte de sus padres detuvo sus andar.

Suspiro con frustración ya que a penas y le alcanzaba para cancelar todo lo importante, pero no podía estar otro día más sin comer. Pensó y pensó hasta que por fin se decidió por tomar aquel papel que su madre le entrego en su último suspiro, leyendo y releyendo el número telefónico, preguntándose si sería lo correcto o al menos si sería el mismo de hace tanto tiempo.

No lo pensó más y marco, después de dos tonos una suave voz le contesto la llamada.

—¿Hola?

—Hola, uh... Soy Park Jimin, quería preguntarle si...

—¡OH! sí, te conozco. Tu madre trabajaba para mí, cuanto siento su perdida. Tú debes ser su hijo, ¿Cierto?

Un suspiro salió de sus labios al ser interrumpido.

«Paciencia.»

NOCHE DE LOBOS [KOOKMIN] ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora