IV

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Matt estaba en su habitación, recién volvía, su cuarto se ubicaba frente a la sala de la psicóloga, por lo que escuchó la puerta. –Es demasiado pronto para que Nathan salga– se dijo. Decidió ir a ver si todo estaba bien.

Salió de su cuarto y vio a la doctora.

— ¿Qué pasó?

— Nathan está con otro episodio, cuando esto pasa vuelve a su habitación para dormir, ¿lo conoces?

— No, pero me agrada.

— Él te preocupa, ¿verdad? tranquilo, ya no se hará daño.

— ¿Puedo ir a verlo?

— Claro.

Entró en la habitación, vio a Nate sentado, mirando el piso. Quiso abrazarlo, pero le daba vergüenza, sólo se sentó junto a él. Susurraba. Matt no entendía lo que decía.

— ¿Nate? ¿Estás bien?

Nathan volteó a mirarlo bruscamente. Matt se asustó.

— ¿Y Vos quién sos?

— Nate, ya nos conocemos, soy Matt, ¿me recuerdas?

Nate se movió, como si despertara.

— ¡Matt! Hola

— ¿Estás bien?

— ¡Si, claro!

— Está bien... ¿quieres ir a caminar?

Sonrió y asintió con la cabeza.

Fueron al patio, charlando y riendo, por un momento, Nate logró estar bien, realmente bien. Matt lo hacía feliz.

— Hoy vi que saliste temprano de tu sesión, ¿pasó algo?

— Si te digo, no me vas a creer, y no estoy seguro de que logre contarlo

— De creerte, te voy a creer, he visto muchas cosas. Pero si no estás cómodo contándome, no es necesario que lo hagas, prefiero que estés cómodo.

Nate lo pensó un momento, pensó en todo, intentó recordar, y nada pasó, todo seguía normal.

— Okay, ¿pero podemos sentarnos?

— Está bien.

Se sentaron en un banco, estaba húmedo por el rocío de la noche. Nate respiró hondo y comenzó a contarle todo lo que le sucedía.

— Perdón pero, ¿desde cuándo pasa eso?

— Hace 2 meses, me desperté en una camilla de hospital, todo olía raro, un doctor me dijo que tengo suerte de estar vivo y que si quería hablar con mi padre, podría llamarlo ya que estaba durmiendo en el pasillo. Le dije que sí y le pregunté qué había pasado, cuando comenzó a contarme fue la primera vez, o al menos que yo recuerde.

— ¿Recordás algo antes de eso?

— Si, pero tengo un vacío en un lapso de tiempo.

— Algo traumático, por lo que tu cerebro reprime los recuerdos, tiene sentido...

— ¿Qué?

— Lo siento, suelo pensar mucho.

— Está bien, pero me gustaría saber qué me pasa, por qué no puedo recordar nada de eso y por qué veo todo oscuro con una fría neblina negra que me hace doler la cabeza.

— Y las pastillas que te dan, ¿sirven de algo?

— No, sólo me hacen dormir, es como ignorar todo por un rato, desde que tomo esas cosas, siempre tengo sueño.

— Okay... ¿qué sentís ahora?

— amm... es raro, es la primera vez que hablo de esto sin que me pase algo desde que desperté.

— Eso me hace sentir bien.

Matt sonrió tiernamente, Nate se quedó viéndolo, como si lo conociera de toda la vida. Ambos se miraron, se sintieron bien. Matt se acercó y lo abrazó, Nate empezó a llorar.

— ¿Estás bien? lamento eso, no quería incomodarte, lo siento mucho.

— No fue eso, se sintió bien.

— ¿Pasa algo? ¿Querés hablar de eso?

— Ahora no, tengo sueño, pero mañana después de mi sesión nos vemos aquí, ¿quieres?

— Me parece genial.

Se levantaron. Matt lo acompañó hasta su habitación.

— Buenas noches Matt.

— Buenas noches Nate.

Sauce GrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora