Sauce Gris

XX

Se escondieron en el clóset.

- Y volvimos al clóset.

-Matteo, la situación no da para hacer chistes- susurró Nate- pero igual fue bueno.

Escucharon que alguien entró. Ambos estaban en pánico. Una luz rojiza entraba por las rendijas de la puerta. Una voz tétrica, rasposa y grave se oía, pero no sé entendía qué decía, no parecía hablar en algún idioma conocido. Un escalofrío recorrió el cuerpo de ambos.

Matt espió por un pequeño espacio, como temían, era Maya.

- Nathan, Matteo, ya sé que están en el clóset, ya, salgan.

Matt se asomó, intentó hablar con ella.

- ¿Vos cortaste la luz?

- No voy a hablar, ¿podés salir?

- ¿Para? - Dijo Matt mientras buscaba algo para arrojarle y correr.

- Mira, Matteo, si salís al pasillo, es un baño de sangre, y una maleta no va a detenerme.

Estaban en una situación que no parecía tener salida. Decidieron abrazarse por última vez.

Alguien entró, no querían ver, pero escuchaban todo. Era Raquel.

- ¿Por cuánto tiempo vas a atormentarlos?

- No quiero atormentarlos, quiero bañarme en su sangre.

Ella comenzó a arrancar el negro de las paredes, su nariz comenzó a sangrar. Maya estaba quieta, casi petrificada. Raquel seguía desgarrando la oscuridad, intentando mantenerse en pie.

La cicatriz de Nate comenzó a sangrar. El cuello de Matt también. Por la desesperación ambos salieron, Maya se había ido, y Raquel estaba en el piso. Ambos corrieron a verificar si se encontraba bien.

No respiraba.

La luz volvió. Pero Raquel no. Ninguno sabía qué hacer. La habitación se congeló en el tiempo, un dolor indescriptible se manifestó en Nate, Matt sólo lo acompañaba, pero no podía llegar a tal profundidad, una que sólo Nathan en ése momento conocía.

Luego de una hora, se dieron cuenta de que estaban solos. El lugar parecía un matadero. Cómo pudieron, llevaron a Raquel al frente, entre el edificio, el cartel de "Sauce gris: Hospital Psiquiátrico" y la ruta. La enterraron allí.

Luego se fueron, dejando todo atrás.