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Nate volvió, la enfermera lo había puesto en su cama.

- ¿Estás bien?

- Si. ¿Qué estabas diciendo?

- Estaba diciendo algo sobre Matteo. Él muestra algunos avances, psicológicamente hablando, pero en su enfermedad, no mejora.

- Oh...

- Mira el lado positivo.

- Lo sé.

- Lo traerán ésta tarde.

- ¿En serio?

- Si, ven más seguro el hecho de que esté en su habitación a que esté en un lugar lleno de virus, más por el nivel de sus defensas ahora.

Nate se sentía feliz, no del todo, pero lo más que podía.

- Por cierto, Nate, llamaron a la recepción preguntando por ti, dijo que vendrá ésta tarde.

- ¿Quién?

- Rick, tu padre.

Hacía tiempo no lo veía.

Esa tarde, cumplió con su palabra, y fue a ver a su hijo. Hablaron un rato, ambos estaban un poco incómodos. Nate le preguntó por su madre. Él no contestó.

Ana golpeó la puerta y entró, le dijo a Nate que Matteo ya estaba en su habitación, que lo que tiene no es contagioso, y que podía ir a verlo. Nate le dijo a Rick que ya volvía.

- Pero ¿a dónde vas?

- Acaban de traer a un amigo que no veo desde hace semanas.

- Pero a mí no me ves hace al menos un mes y medio.

- Yo no podía ir a verlo, a vos tampoco. La diferencia es que él no podía venir, pero quería, lo tuyo es al revés.

Nate salió de la habitación y fue a ver a Matt. Sin darse cuenta de que su padre lo seguía.

Entró en la habitación de Matt, dejando la puerta abierta, lo vio acostado, se acercó. No estaba dormido, abrió los ojos para ver a Nathan, le alegró mucho verlo, se levantó un poco, lo suficiente como para besarlo.

Rick entró, enojado. Tomó a Nate del brazo, forcejearon, pero Rick era más fuerte, lo llevó hasta su habitación, gritándole cosas. No paraba de decir que estaba enfermo, que la terapia estaba funcionando mal, que era peor que antes. Incluso llamó a Ana para que lo revisen. Ella le pidió que se fuera.

Nate se acostó, le pidió a Ana que le avisé a Matt que todo estaba bien, que no se preocupe. Sólo cerró los ojos para dormir.

Soñó con su madre. Ella estaba acostada, atada,como él en el 3er piso, vestida como una paciente más. La habitación estaba muyoscura, sólo una tenue luz que entraba por una ventana iluminaba la cama. Él seacercó a verla, parecía dormida. Intentó tocarla, para despertarla. Ella lo agarródel brazo muy fuerte, lastimándolo. Sus ojos color miel lo miraban fijo, suspupilas eran muy pequeñas, respiraba muy fuerte. Tenía el pelo muy corto, loslabios secos, estaba pálida, y temblaba. Nate intentó zafarse, y lo logró. Peroella comenzó a gritar cosas sin sentido. Escuchó personas acercarse, ydespertó.

Sauce GrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora