Proposición

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14. Proposición.

—Kallias!, donde este tú voluntad pues entre las mujer más bellas a venido Tania, la bruja del bosque a predecir vuestro encuentro con su alma gemela señor—dijo Kalia, la criada con emoción y con su mano en su dulce pecho apretado de rebosante alegría, pues ella había cuidado y amado al príncipe Kallias desde que éste salió del vientre fortuito de Calipso.

—dios te de la luz madre, que el tiempo y la espera me atormenten, pronto conoceré a quien entre mis manos debe sentir mi cálido amor?, pues quien sea tendrá entre sus manos a mi ser descalzo y eterno—dice el rubio tomando entre sus manos las delgadas manos de su sirvienta, con una mirada brillante y esperanzada, su sonrisa se ensanchó al mirar a su mensajero llegar corriendo.

—está aquí, mi señor!—gritó el hombre, sudando, con los cabellos desordenados y el sombrero de copa resbalando por su cabeza.

El príncipe emocionada, salió con el aura altiva hacía su salón principal, siendo recibido por Tania, la bruja del bosque, que sentada tomando té de su taza de mármol pulido lo saluda.

—oh, bruja y hechicera, seas bienvenida a mi humilde palacio, que tú presencia me causa una inmensa dicha—dice Kallias con la sonrisa mas brillante, sentándose frente a la hechicera, ella sonriendo toma las manos del rubio.

—mi querido príncipe, vuestra sangre privilegiada viaja por sus venas y su corazón inocente rebosa, pues mi mansaje debes escuchar; encontrarás el amor hijo, veo que él es una persona humilde, de raíces esclavas, pero con el corazón más puro, su encuentro se efectuará a las orillas del lago cercano —dijo la mujer cerrando los ojos, sonriendo al ver tal futuro para el amado príncipe y próximo rey.

El rubio emocionada, beso la cabeza de la bruja y salió casi corriendo hasta su establo, donde tomo a su fiel caballo y lo cabalgó hasta el río.

Al bajar esperaba encontrar a la persona que había descrito Tania, pero para su decepción no vio a nadie, ni un alma vagando por allí y luego de las palabras de la hechicera, todos los días sin falta iba al lago.

Se quedaba sentado en el pasto por horas, pero nada pasaba, el príncipe triste cantaba al viento su desdicha y cuanto deseaba tener a su amada entre sus manos.

Hasta que luego de una semana, al estar cantando escuchó unos sonidos provenir de los arbustos, con el corazón en la gagarganta, pensando que era un ladrón o un animal salvaje se dirigió hasta el sonido.

Pero al ver a un jovencito harapiento de ojos esmeraldas y cabello castaño quedó pasmado, ¿no era a quien estaba buscando?, ¿a quien estaba esperando?.

Con tranquilidad se agachó para quedar al frente del chico, quien asustado retrocedió alejándose de Killias.

—tranquilo no te haré daño, dime bello joven, cual es vuestro nombre?—preguntó el rubio sonriendo encantado, su sonrisa brillante y ojos esperanzados lo decía todo; el príncipe había encontrado a la persona!.

—mi...mi nombre es Kyrios, sólo soy un simple sirviente del gran Arion y vengo a beber agua a este lago, no pretendía perturbarlo con mi presencia señor—dice el moreno, parándose rígido, con el corazón latiendo con fuerza y vergüenza, pues a sido descubierto espiando al príncipe.

Pero Killias no parece enojado, más bien feliz, toma el brazo de Kyrios y jala hasta su castillo, metiéndolo a la fuerza.

—s...señor, perdoneme, porfavor, no quería hacerlo—imploraba el moreno, asustado.

—esta bien, Kyrios, sólo quiero hablar a solas—dice el príncipe, deteniéndose al llegar a su habitación y abriendo la puerta empuja al esclavo a su aposentó.

Cuando están ambos dentro Killias se sienta en su cama llamando a Kyrios para que se siente a su lado.

—señor, estoy sucio, voy a ensuciar su aposento—dice el moreno con vergüenza, mirando sus píes descalzos.

—no me llames señor, ven sientate, es una orden—brama el príncipe caprichoso, logrando que el moreno se siente a su lado.

Su sonrisa se ensancha como la de un niño, toca entonces los brazos fornidos de Kyrios, bajando toca sus piernas haciéndole agua a la boca la piel suave y canela del muchacho.

—s...señor?—pregunta el moreno sonrojado hasta las orejas, sin saber si moverse o no, colando su brazo entre sus piernas para que el príncipe no note que se a endurecido.

—oh no, Kyrios, desnudate para mi, porfavor—manda el príncipe divertido, la sangre se acumuló en sus mejillas.

Kyrios lo escrutó con la mirada pensando que era una broma o algo, pero al ver lo serio que lucía el hombre comprendio que era una orden.

Con vergüenza y los dedos temblado deslizó su ropa dejando al descubierto el cuerpo magullado y musculoso de Kyrios.

Killias puso atención a todo el cuerpo expuesto de quien sería su amante en un futuro cercano y relamio los labios ansioso, siendo atraído por el dulce aroma varonil del moreno.

Con el aliento en la garganta el rubio tocó con sus dedos rugosos la piel canela, acariciando desde el pecho hasta llegar al estómago, con hambre mordió el cuello del hombre deleitándose por el sabor.

Kyrios entró en pánico cuando las manos del príncipe fueron hasta su miembro viril, frotando sobre la tela, en el ambiente se podía oler la excitación de ambos y sus corazones desenfrenados latían frenético en sintonía.

A pesa de lo que la cabeza del príncipe le advertía lo rápido que estaba yendo con su amante, su corazón ( y otra parte mas abajo de su cuerpo) no podían resistirse a la piel canela deliciosa y húmeda que se exponía ante el.

—no te preocupes Kyrios, pues desde que te vi supe que eras mi alma gemela, aquel que Tania me describió como mi futuro esposo, si tu castidad es lo que te preocupes puedes dejar en mi tu cuerpo, el cual cuidare y respetare hasta el final de mis días—dicho esto el príncipe beso los nudillos del esclavo, quien con lagrimas sintió su garganta arder.

debía ser un sueño ¿aquel hermoso príncipe a quien había estado mirando a la distancia desde años lo quería?, su conciencia le advertía que no se dejara llevar por Kallias, pues ambos pertenecían a mundos distintos, Kyrios solo era un simple sirviente mas, mientras que Kallias era un príncipe muy respetado y querido; mas su corazón se derretía a cada palabra del príncipe.

¿no era suyo desde antes de nacer?, ¿no le pertenecía ya al príncipe?.

—que osada su propuesta mi señor, pero mas osada es mi respuesta, eh sido suyo desde antes de nacer y sigo siéndolo—susurra Kyrios con una sonrisa y el alma a los pies.

Nota de la feliz autora: como se darán cuenta, por fin termino Relatos homoeroticos, no se si estar feliz o triste, bueno estoy un poco de las dos jaja xd pronto tendrán el índice con el numero de relatos :) ya editados y bien enumerados jaja ;-;.

espero que lo hayan disfrutado (yo lo disfrute mucho escribiendo), estaba pensando en hacer un especial de lo que quieran: navidad, Halloween, san Valentín, etc...con su pareja favorita o que me invente una y ya :v ¿Qué opinan?.

díganme en los comentarios n.n por mientras se despide la July mágica :v

                                                                                                          -UnaJulytrapito:v 

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