Capítulo Cuatro

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-Física... ¿Puedo pasar...?-preguntó Golden, golpeando la puerta de la habitación de su hijo, había llegado antes que su pareja y había escuchado los llantos de su hijo.

El rubio menor tembló un poco, no quería decir o confesar lo que le sucedía, pero era su padre, Física siempre lograba animarlo, quizás lograse cambiar los papeles y ser el que necesitaba ser animado en esos momentos.

Cuando el mayor entró, vio a su hijo con su largo cabello suelto y sus ojos rojos debido a las lágrimas. Quien sabe desde hace cuanto había estado llorando su pequeño cachorro. Lentamente se acercó al de ojos azules, sentándose en la cama con cuidado, haciéndole algunas señas para que fuera a sentarse al lado suya con una leve sonrisa.

-Ven aquí bebé, podemos hablar- decía el rubio mayor con una pequeña sonrisa en sus labios.

El menor tenía pensado hablarle de su situación primero a su amiga de cabellos granate, pero necesitaba sacar lo que sentía en su corazón desde hace algún tiempo, conocía a su padre y esperaba que no se tomase tan a pecho el hecho de que estaba enamorado de alguien que... era su familiar.

-Y-Yo...-tomó algo de aire, sentándose al lado de él y suspiró, debía tener fuerzas pues tarde o temprano tendría que aceptar sus sentimientos, y prefería que su padre supiera por su propia boca sus sentimientos "enfermizos" por su amado primo menor.

-Física... ten confianza ¿Si? Soy tu padre, pero ni aunque sea tu padre me da el derecho de juzgarte o hacerte daño... No soy tu abuelo como para hacer cosas así- aseguraba el rubio de ojos grises con una pequeña sonrisa abrazado por los hombros con un brazo a su pequeño hijo.

-Esta bien papá...-suspiró profundamente el menor, tragando saliva y levantó un poco la mirada para verlo y sonreirle levemente, aunque Golden pudo notar con facilidad que aquella sonrisa era forzada- Me gusta un chico...

-¿Y...? ¿Piensas que voy a hacer algo en contra de eso?-preguntó soltando pequeñas risas.

-¿L-Lo harías... si ese chico fuera... Gold-?

-¿Jr o tu tío?-interrumpió el mayor apenas escuchó el nombre

-J-Jr...-balbuceó sonrojándose un poco- Lo siento papá, pero el tío Gold es viejo para mi.

Se miraron a los ojos y soltaron pequeñas risas por aquello, el mayor suspirando más tranquilo, al menos, no estaría presenciando algo ilegal y políticamente incorrecto en demasía. Pero pronto las risas cesaron al caer en cuenta de lo que le quería decir su hijo.

-Entonces... ¿Te gusta... Gold Jr...?-preguntó algo extrañado, lo había pensado cuando ambos menores eran niños y jugaban juntos en las reuniones de familia, pero nunca pensó que su presentimiento sería tan brutalmente acertado.

-Eso creo...-aceptó el de ojos azules agachando la mirada jugando algo nervioso con sus manos- De seguro... piensas que soy un enfermo o algo así... ¿Verdad?

-¿Pero que dices Henrick?-preguntó de regreso el mayor soltando pequeñas risas- ¡Tu situación es más normal de lo que crees!

-¿E-En serio?-preguntó el menor limpiándose las pequeñas lágrimas acumuladas en sus ojos azules.

-¡Claro! A mi antes me gustaba tu tía Joy- confesó, cayendo en cuenta de lo que había revelado algunos momentos después, causando que soltase una risa nerviosa- D-Digo... Uhm...

-¿T-Te gustaba... la tía Joy?- preguntó el menor, mirando atento como su padre tragaba saliva algo ruborizado y asentía suspirando.

-Era un niño... y Joy era lo más cercano que tuve a una madre... Pese a que teníamos casi la misma edad- mencionó el mayor y le sonrió levemente con algo de pena- Pero luego me enteré de que ella había echo algo muy malo... Y me desilusioné. Algún tiempo después conocí a Freddy y todo el mundo feliz.

-Vaya...-murmuró Física estando más tranquilo, al menos su padre se lo había tomado para buenas, ¿Su otro padre lo tomaría igual de bien?-Pues... Yo...

-¿Sabes? Te diré el mismo consejo que tu abuela y Freddy me dijeron una vez... Sólo sigue a tu corazón y haz lo que creas correcto. Si te hace feliz, no permitas que tu risa se convierta en lágrimas cariño.

Golden ayudó al rubio menor a levantarse, tomando un cepillo para poder acomodarle el cabello en su usual coletita, para al final ponerle su gorro de unicornio con cuidado de no desordenarle todo.

-Esta bien pa...-sonrió levemente, estando mucho más tranquilo.

Pasando el resto de la tarde juntos jugando en la consola, aunque bueno, luego el mayor recibió un regaño por no haber aprovechado la tarde en terminar su trabajo, y Física lo recibió por no hacer su tarea.

Fue una buena tarde para ellos, pero no podía decirse lo mismo de Gold Jr.

Apenas llegó a su hogar, se topó con la escena de su padre de cabellos albinos sentado en el sofá rodeado de papeles con un portátil sobre sus piernas, luego de saludarlo iba a fingir que nada había pasado e iba a ir a su habitación, pero Gold padre lo obligó a sentarse al lado suya.

No fue una charla muy tranquila, terminaron gritándose cosas hirientes en pocos minutos. Gold no entendía porque era tan difícil siquiera hablarse con su hijo, no entendía como este se revelaba y se mostraba tan difícil de tratar, era demasiado. Y Jr no entendía porque su padre no era más consciente de su situación.

No era fácil, nunca recibió grandes cantidades de afecto o cariño por parte de su padre, no tenían esa conexión padre-hijo. Y Gold padre lo entendió cuando escuchó lo que dijo su hijo antes de empujarlo y subir a su habitación.

-¡ERES IGUAL AL ABUELO!

Y para Fred, fue una horrible manera de llegar a casa luego de las compras... No pudo ayudar al albino, pues este había tomado las llaves y se había ido azotando la puerta de entrada. Y tampoco pudo ayudar a su hijo ya que este se había encerrado en su habitación. A veces le tenía envidia a su hermano por aquello, el castaño tenía una familia unida 8/10 de las veces...

La suya era un 4/10.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora