Capítulo Veintiocho

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Era sencillo para Jhon saber que lo estaban siguiendo aún, mientras recorría los pasillos de la escuela viendo fijamente las ventanas y a los demás estudiantes. Era obvio que algunos iban a reconocer al heredero de toda la fortuna de la familia Golden. Y lo demostraba con orgullo y egoísmo.

Los gemelos hermanos menores de Gold Jr estaban siguiéndolo aún pero Silver se distrajo con una de sus compañeras, dejando a su hermano seguir con el plan de acercarse como a dé lugar a Jhonatan. Sthepan estaba algo nervioso al seguirlo sólo, pero no lo demostraba, simplemente avanzaba.

Estaba decidido a actuar como sus padres: coqueto, dominante y serio. En una de esas, vio como el rubio estaba entrando en el baño de hombres, así que se dirigió allí también, entrando y para su suerte, estaba vacío.

Cuando Jhon salió del baño, lo sujeto de la cadera besando su mejilla.

Pero, eso era algo que el rubio esperaba que sucediera, sólo rió y siguió el juego ajeno, mostrándose sumiso ante el menor...

Pero cuando menos se lo espero, Sthepan estaba en el suelo, siendo desnudado por el mayor.

—¿Q-Qué... Crees que haces...?—Preguntó sonrojado y titubeando con un poco de miedo al verlo relamerse los labios.

—Enseñarte tu lugar.

Dijo besando su pecho sujetando firmemente sus manos, acomodándose entre sus piernas. Acercándose a su oído susurrando tranquilamente.

—Tranquilo, tengo experiencia en esto... Lo vas a disfrutar.

—¡¿A-Ah?! ¡No, así no debe ser esto...!—Gritó el menor removiéndose inquieto bajo el control del rubio, quien reía burlón por su reacción.

—No hay vuelta atrás.

Susurró comenzando a entrar en él, adorando oír aquel gemido de dolor venir del que tenía el cabello más grisaceo. Besándolo en los labios al oír pasos acercándose a los baños. Estando aún en el suelo, Jhon buscaba satisfacer sus deseos y al mismo tiempo, lograr que Stephan dejase de molestarle. Quizás tendría que hacer lo mismo con Silver...

—Haz mucho ruido y te mataré.

Amenazó al más joven, comenzando con aquellas embestidas poco suaves, logrando sacarle gemidos bajos. Sthepan estaba sumido en el placer en esos momentos, dando suspiros al sentir como le daban aquellas embestidas. Su cuerpo temblaba.

—A-Ah... Esto no es justo...—Se quejó gimiendo cerca del oído del mayor, abrazándolo y mordiendo fuertemente su cuello, dejándole una potente marca.

—¡Ngh...! Tks... Imbécil... No lo vuelvas a hacer...—Dijo besándolo en los labios, mordiéndole el labio inferior hasta lograr hacerle sangrar, moviéndose más rápido.

—¡M-Mmh...!—Sthepan gruñó arañando su espalda por sobre la ropa.

Silver estaba mirando aquello desde la puerta de entrada, sorprendido de ver a su gemelo siendo pasiveado de aquel modo, y claro, evitando que los demás alumnos entrasen. Ahora estaba nervioso, con una pequeña erección y además con escalofríos pasando por su espalda. Maldición, le estaba gustando aquello, y más ver a Sthepan de ese modo. Podría burlarse luego.

Tragó saliva apoyándose en la puerta, sin dejar que nadie más entrase.

Por otro lado, Física estaba en casa, disfrutando de las caricias de Gold Jr, ambos estaban aprovechando que la casa estaba sola para hacer el amor, el rubio ya estaba feliz nuevamente, y su cabello volvía a ser largo nuevamente.

—Lamento haberte jalado el cabello tan fuerte cariño—Dijo Jr, besandole el cuello a Física, riendo al oírlo gemir.

—Estoy bien, tranquilo.

Respondió tranquilo el rubio de ojos azules, cerrando sus ojos antes de sentir como se ponía encima suya. Escuchando los susurros amorosos mientras sentía las caricias en todo su cuerpo, cuerpo que ya había vuelto a vivir en paz.

—Gold...

Susurró Física, gimiendo más fuerte por las caricias y embestidas que le daba su pareja, abrazándolo y buscando sus labios para besarlo cariñosamente, apegando más sus cuerpos. El menor acariciaba y sujetaba las caderas del rubio, embistiendo cada vez con más rapidez y fuerza.

Aprovechaban que sus padres estaban trabajando, y los demás en la escuela para darse amor.

Física aún así no se sentía del todo satisfecho...

Extrañaba, su cuerpo extrañaba a Henrick. Lo extrañaba demasiado, sus caricias, sus golpes, su voz...

—¡Mmgh...!

Quiso gemir su nombre, pero se arrepintió a tiempo, soltando su gemido final sin nombrar a su primo. Era mejor así.

Debía dejar ir el recuerdo de su amado abuelo. Aunque fuera difícil.

Debía buscar ayuda, cualquier tipo de ayuda que fuera capaz de hacerlo olvidar el deseo de que su abuelo este vivo y le hiciera suyo nuevamente.

¿Que debía hacer...?
¿Que era lo correcto?

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora