𝐓𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐨𝐧𝐨 | CENIZAS #2 ©

Capítulo ④

16:24 PM. Martes 5 de Julio de 2016. Casa de Nicolás.

Los días siguen pasando y yo sigo igual, con la diferencia de que ahora no solo es mi prima la que quiere que acepte una cita con ese bendito doctor, sino que también mis amigos y por supuesto mi padre. Esto se debe a que yo sigo negándome porque como dije ese día, tengo miedo... un medio que nadie entendería.

Sigo yendo al grupo de apoyo con Milo y ambos estamos dando progresos. El viernes conté lo que me pasó con detalles porque mi primer día solo dije que fue un accidente de moto.

A otro lugar que sigo yendo pero esta vez sí que es obligado, es a la biblioteca, técnicamente había dejado de ir pero Amira como siempre me obliga a que la acompañe pero lo bueno es que como ahora intento ser más amigable asique con Tania nos hicimos amigos, o eso intentamos.

Digo que nos hicimos amigos por el simple hecho de que Amira me deja siempre en el mostrador con ella asique no le queda de otra que soportarme. La primera charla que tuvimos fue claramente sobre libros, yo la acompañe a acomodar libros, obviamente la ayude sosteniéndolos ya que no veo y lamentablemente la biblioteca no está adaptada para personas no videntes.

— ¿A dónde te fuiste? — su voz me saca de mis pensamientos.

— Perdón, ¿Qué me decías? — justamente ahora estamos en una plaza, ya que ella adoptó un perro y según ella, usa de excusa al perro para sacarme de mi encierro.

— ¿Qué pasa, no te gustó el nombre que le puse?

— No, no escuché lo que dijiste... — digo sincero.

— Le puse Valentina, pero siento que no es un buen nombre para una perra... — dice dudosa, y ese nombre solo me lleva a una persona... a Zia.

Recuerdo que en una de nuestras charlas le comenté que si en algún momento de mi vida tuviera una hija, me gustaría ponerle Valentina.

— Eh.. no sé, tal vez podrías elegir algo acordé de cómo te hace sentir o lo que transmite al verla. Es un perro así que algo malo no creo que transmita — le digo.

— Transmite felicidad — dice ella de una manera simple.

— Entonces podes llamarla Felicidad, o ¿Felicitas? — pregunto medio dudoso.

— Felicidad me gusta, es simple y lindo.

Yo asiento para dar por cerrado el tema.

— Gracias por ayudarme.

— No fue nada.. Creo que mejor voy a volver a casa.

— Espera, yo... quiero volver a intentar...

— No — digo decidido.

— Por favor, sé que estás completamente negado por miedo, y lo sé porque lo veo.. lo veo a través de tus expresiones, pero yo te prometo que si aceptas ir a una cita con ese doctor, por más de lo que te diga no me separó de vos ni un segundo, voy a ser tu sombra en todo, tanto en todo lo que te mandé hacer como también cuando salga todo bien o cuando todo llegue a salir mal. — la escuchó atento — Lo prometo — repite.

Yo suspiro y aprieto mis manos.

— Ok, acepto... pero más vale que cumplas tu palabra — digo con miedo, de repente me asusto porque me toma por sorpresa su abrazo.

Luego del susto levantó lentamente mis manos y la abrazo.

..

Tania me acompañó hasta casa, dentro de unos minutos tengo que estar en el grupo pero no voy a ir, ella me planteó la idea de llamar ahora para hacer la cita.