Capítulo 3

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STILES STILINSKI
-¿Dónde le dispararon?-pregunto nervioso bajando las escaleras rápidamente.

-En el muslo pero no sé en qué parte, solo he visto el informe médico.-responde Parrish.-Cómo me pediste.-añade mirando ahora a mi padre.

-Sí, gracias.-responde mi padre rápidamente preocupado y nervioso.

-Va en pantalón corto, ¿porqué no le hemos visto la herida?-pregunto confuso.

Subo de nuevo a su habitación y la abro en silencio. Está destapada por lo que puedo ver sus piernas. Voy hacia el lado derecho de la cama para poder verle los muslos. Los observo y es entonces que me doy cuenta, en su muslo izquierdo lleva una venda que es prácticamente del mismo color de su piel y que es fina como el papel pero opaca, por lo que no me deja ver la herida.

Voy hacia la puerta triste y salgo encontrándome con mi padre y Parrish.

-Lleva la herida tapada, no puedo vérsela...-digo antes de irme a mi habitación y encerrarme en ella.

Miro la hora en mi móvil y decido ponerme la alarma para dentro de 1 hora y media. Una vez puesta, me sorprenden unos toques en la puerta.

-Quiero dormir un rato...-digo perezoso.

-¿Podría dormir contigo?-pregunta ella, Shine.

-¿Qué? Claro que sí, entra.-digo sorprendido.

Ella entra en la habitación y me mira tímida.

-Es que me da un poco de miedo dormir sola...-dice ella sin levantar la mirada del suelo.

-¿Porqué no lo has dicho antes? Ven aquí.-le digo levantando la sábana para que se tumbe.

Rápidamente se tumba y me abraza. Yo sé lo correspondo y así nos quedamos, como cuando éramos pequeños y había tormenta.

-Sabes lo del disparo, ¿verdad?-pregunta ella mirándome. Yo asiento.

-¿Porqué no nos lo contaste? Habríamos ido contigo.-digo triste.

-Porque eso es lo que quiero evitar... No quería preocuparos...-dice ella triste.

-Pero es que eso es lo que toca. Cuidar de ti.-digo enfadándome.-Joder, nuestra abuela ha sido asesinada y a ti casi te matan de un disparo, toca que te cuidemos.-añado ya con enfado en mi voz.

-¿Y que querías? Tenía miedo, mucho miedo, y aún lo sigo teniendo...-empieza Shine pero la interrumpo.

-¡¿DE QUÉ?!-le grito desesperado. Ella me mira enfadada.

-¡TÚ NO LO ENTIENDES!-me grita enfadada.

-¡PUES EXPLÍCAMELO!-le grito yo ahora.

Ella se levanta de la cama y va hacia la puerta para irse pero se gira mirándome. Todo su enfado se ha ido, ahora solo hay tristeza en ella.

-Si te lo explicara, acabaríais todos muertos...-dice ella triste, con ojos llorosos.

Ahí me siento culpable.

-Perdona por haberte gritado, ven.-le digo dando una palmadita en la cama.

-Ya no quiero dormir.-me dice ella seria marchándose de mi habitación.

Empezamos bien, nada más llegar y ya nos enfadamos.

Me levanto de la cama y voy a su habitación.

-¿Shine?-pregunto picando a su puerta. No obtengo respuesta así que entro.-Shine, vamos, lo siento...-digo entrando en la habitación.

Ella no está en ningún lado.

-¿Shine?-pregunto de nuevo entrando ahora en su lavabo. Ni rastro de ella.

Suena un mensaje en su móvil y me acerco para mirar. Puedo ver el mensaje aunque el móvil esté bloqueado.

"Número desconocido:
Has hecho bien en no contarle nada a nadie..."

Me quedo congelado y dejo el móvil donde estaba.

-¡SHINE!-grito tan alto como puedo. Rápidamente aparece mi padre.

-¿Qué pasa?-pregunta él.

-¿Dónde está Shine?-pregunto preocupado.

-Creía que estaba durmiendo...-dice él empezando a preocuparse. Parrish ya no está, se habrá ido a la comisaría.

-Estoy aquí, ¿qué os pasa?-dice ella apareciendo con un helado que había en la nevera.

-¿Dónde estabas?-pregunto nervioso.

-En la cocina, quería helado.-responde ella confusa.

-¿Y que es esto?-pregunto confuso enseñándole el móvil.

Ella lo mira y luego entristece.

-Creía que ya no me hablaría más...-responde ella triste.

-Siento lo de antes...-digo triste para que responda. Pero lo siento de verdad.-Pero necesitamos que nos cuentes todo lo que ha pasado...-añado levantándole el mentón con mi mano para que me mire.

-Es que no quiero que os hagan daño...-dice ella casi sin fuerzas y dejando caer lágrimas por sus ojos.

-Te prometo que sabemos cuidarnos...-le digo secando esas lágrimas.

-Y que también podemos cuidar de ti. No voy a permitir que te pase nada.-dice ahora mi padre acariciando el pelo de mi hermana.

-¿Podemos ver la herida?-pregunto señalando a su muslo.

Mi hermana asiente y baja la venda que tiene por su pierna. Hay una gasa debajo enganchada con esparadrapo.

-Solo es un disparo, no es muy grande.-dice ella quitándose la gasa mostrando pequeñas, casi no se notan, muecas de dolor al estirar del esparadrapo.

-¿Solo es un disparo? Que querías, ¿veinte?-pregunto sarcástico.

Puedo ver su herida, es igual de grande que el tallo de una rosa. Está morada por lo poco que hace del accidente.

-¿Porqué estuviste tanto tiempo ingresada en el hospital?-pregunta mi padre confuso.-A mi me dispararon y a los pocos días salí, pero tú saliste a la semana y 1 día.-le recrimina mi padre.

-Bueno, hubo un pequeño problema...-responde ella sin mirarnos a los ojos.

-¿Qué problema?-preguntamos mi padre y yo a la vez de manera muy seria.

-Perdí gran cantidad de sangre de mi cuerpo...-responde aún sin mirarnos.

-¿No te habían atendido nada más pasó el accidente?-pregunto aún más confuso.

-Sentaos, si voy a sincerarme, irá para rato...-dice ella triste.

-Tengo todo el día libre, así que adelante.-dice mi padre sentándose en el borde de su cama.

Yo me siento junto a él y ella coge la silla del escritorio y se sienta delante nuestro y comienza a hablar.

-Bien, pues empecemos...

MIEDO/ Pequeña Stilinski (TEEN WOLF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora