Capítulo 4: "¿Acaso eres un superhéroe?".

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Sentía la tensión en el coche, quería hablar, despejar mis dudas, pero no lo hice, me lo aguanté para no molestarlo más. Esto era absolutamente distinto a lo que me habría gustado hacer esta noche. Me escapé de casa, fui a una fiesta con gente desconocida, se supone que ellos me quieren a mí, mi mejor amiga fue alcanzada por una bala…estoy en un auto con un chico llamado Justin que acabo de conocer y por esa casualidad me salvó la vida…¡joder!

¿Adónde me llevaba? Pasábamos por calles desconocidas, bueno, que yo no conocía. Llevábamos más de una hora en este auto, y realmente el silencio no me gustaba para nada.

-Hey umh ¿Justin? – dije.

-¿Si? – me miró por el espejo retrovisor.

-¿Está todo bien?.

Su rostro dejo de estar tenso, como si no quisiera que yo le viera así.

-¿Por qué lo preguntas? – sonrió.

-Te noto tenso.

-¿Quién no estaría tenso así?, todo lo que ha pasado ha sido bastante abrumador, quizás tú no lo entiendes, para ti también debe haberlo sido, pero si supieras lo que yo sé – suspiró – olvídalo, estoy perfectamente.

¿Qué sabe él?, las dudas inundaban mi cabeza.

-Y bien – dijo – ¿tú cómo te sientes princesa?.

¿Princesa?...me ha llamado princesa.

-No lo sé – dije algo ruborizada – ¿puedo preguntarte algo?.

-Sí, lo puedes hacer, que yo lo responda, esa es otra cuestión.

-¿A dónde me llevas? – pregunté.

-A un lugar seguro.

-Mis padres deben estar buscándome, me debo ir…

-Sería más fácil si lo supieras todo, no puedo lidiar contigo chica, no entiendes absolutamente nada.

-¿Y esperas que lo haga?

-Lo desearía – sonrió.

-¿Puedes decírmelo tú entonces?.

-No, no puedo.

-¿Por qué? – espeté.

-¿Podrías dejar de hacer preguntas? – esta vez me miró a los ojos. Era primera vez que veía unos ojos así, eran más que seductores, eran totalmente hermosos. Me fije entonces en Justin, lo miré de pies a cabeza, su cabello, su pelo, sus brazos, oh sí, sus tatuajes. El era atractivo, realmente atractivo.

-¿Qué tanto miras? – dijo en un tono divertido.

-¿Yo? – tartamudeé.

-¿Ves a alguien más en este auto? – volvió a fijar la mirada en el tránsito.

-Después de todo lo que he visto esta noche, no dudaría en que hay alguien más en este auto.

Justin soltó una carcajada.

-¿Qué es tan gracioso? – pregunté.

-Tú – continuaba mirando por su espejo retrovisor, mostró una sonrisa en sus labios y se volvió a mirarme por un segundo, antes de girar nuevamente y continuar observando la carretera.

-Yo no le veo lo gracioso a todo esto.

 Se quedó callado e hizo como si no me hubiera oído. Me maldecí por decir aquello.

-Gracias por salvarme la vida – dije tratando de disculparme.

-No lo agradezcas, es mi deber.

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