Prologo

2.7K 268 48
                                    

Hola a todos, hoy vengo con esta nueva historia, espero que sea de su agrado.

Dedicado a GcMoonPurple

わたしのいのちわあなたのものです

30 de abril 2320

Ciudad de Tokio, Japón.

— Sesshomaru, iremos a jugar básquetbol, ¿vienes? –preguntó un chico moreno de ojos azules.

— No. –respondió sin rodeos.

— Anda Sessh ven, nos divertiremos después. –invitó una chica.

— ¿Qué te hace creer que iré? –preguntó para después retirarse del sitio.

La chica le miró decepcionada.

Sesshomaru era un yōkai, uno muy guapo y todo el tiempo estaba rodeado de mujeres, cosa que le molestaba demasiado.

Sesshomaru al ser alto era casi imposible que no llamara la atención y a eso le sumas sus ojos dorados y su extraño color plateado de cabello, el cual lo llevaba cortado haciendo que sus exóticas marcas magenta sobre sus mejillas y ojos resaltaran junto a su luna menguante de color purpura llamaran aún más la atención.

Odiaba estar rodeado de personas y de ruidos, no le gustaba percibir olores fétidos y malolientes y mucho menos estar rodeado de ruidos, muchos de ellos eran horribles para su sensible oído.

Caminaba por las calles de Tokio, iba a clases de Kenjutsu*, no tenía la menor idea de porque sus padres estaban empeñados en que él hiciera tal cosa, vivían en una época donde las peleas se habían terminado, era pleno siglo XXV ¿para qué quería aprender esa vieja disciplina? No había manera en que fuera a ocuparla en su vida diaria, después de todo era un Yōkai, uno de los pocos que había aún.

Al llegar a su salón fue recibido por Totosai, su maestro, él era un viejo yōkai que había vivido casi ya dos siglos completos, era un forjador de armas, un maestro en las espadas.

Sus clases eran normales, nada parecía ir distinto a las demás, ese día terminaba sus clases básicas para comenzar a practicar con una katana, Totosai le hizo entrega de una katana que había hecho especialmente para él por petición del padre con uno de sus colmillos.

Emocionado desenfundó la espada para llevarse una gran sorpresa ante él se encontraba una katana de filo inverso ante esto Sesshomaru frunció el ceño, no entendía el propósito de una espada sin filo ¿Qué cojones iba a hacer con esa inútil espada?

Molesto caminaba de regreso a casa, más nunca llegó.

Al pasar frente a un viejo templo, que, parecía abandonado algo le llamó e hizo a la espada vibrar en su cintura, con un poco de curiosidad subió la gran escalinata encontrando en la cima un templo rodeado de pequeñas casetas, al lado derecho de las escaleras se encontraba una pequeña lápida de piedra con inscripciones en japonés antiguo.

— "Aquí yace la sacerdotisa de Shikon, nuestra heroína" –leyó en voz alta.

Se aproximó al templo donde se podía ver una enorme caja de piedra dentro, completamente sola en la penumbra. Observando bien su rededor en la madera de lo que parecía ser una puerta estaba tallada una luna cuarto menguante, justo como la de su frente.

Algo extraño sucedió y quizá tenía que ver con su familia.

La curiosidad comenzó a carcomerlo por dentro y tocó la luna grabada y un gran brillo le cegó para después no saber nada más de él.

El kenjutsu es un arte marcial japonés tradicional del koryū budō. Existen varias escuelas cuyo objetivo es enseñar a combatir de manera eficiente con el sable japonés.

¿Les gustó?

Si tienen alguna duda con todo gusto respondo!

Mi Vida es TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora