Inuyasha© Rumiko Takahashi.
Mi vida es tuya
II
El sol iba saliendo dando inicio a un nuevo día, todos en el palacio ya estaban realizando sus actividades rutinarias.
Sesshomaru había terminado su habitual rutina de ejercicio en el amplio balcón de su habitación se dirigía a darse un baño para después poder pasear por el enorme castillo, no perdería la oportunidad de conocerlo, había escuchado grandes historias de ese castillo y no iba a quedarse con las ganas de merodear y conocerlo completo. Después de todo, no siempre puedes viajar al pasado y visitar el enorme castillo de tu abuelo.
Kagome se estaba alistando para ir a buscar al demonio para llevarlo ante su señor, seria excitante mirar a su señor sobresaltado al darse cuenta del parentesco con el joven Sesshomaru.
Soltó una carcajada y salió de su habitación con una enorme sonrisa en sus labios.
Todos los sirvientes que le miraban por los pasillos estaban espantados, cuando la sacerdotisa sonreía es que algo no muy bueno tramaba, por lo tanto, todos la evitaban.
Justo cuando cruzó toda el ala norte para entrar a la sur se topó con Sesshomaru, baya que le ahorró el caminar.
— Buenos días. -saludó ella a lo que él le contestó con un ligero movimiento de cabeza-. Lord Yûki quiere verte ahora.
Sesshomaru le miró con una de sus finas cejas alzadas.
— Anda no lo hagas esperar más.
Sesshomaru miró a Kagome y asintió siguiendo el yuki de su abuelo.
Kagome caminaba a su espalda con una sonrisa, estaba más que emocionada de ver la reacción de Lord Yûki cuando viera a lo que parecía ser su pariente.
Doblaron unos tres pasillos más y llegaron al estudio.
La azabache entró primero para anunciar su llegada.
A los pocos minutos la puerta se abrió en señal de que entrara.
— Lord Yûki este es Sesshomaru, el Dai yōkai del que le hable.
El lord estaba dándole la espalda a la puerta de entrada, miraba por la ventana lo que parecía ser el patio de entrenamiento.
— Puedes retirarte Kagome. –ordenó al mismo tiempo que se giraba para mirar al visitante y abrir los ojos sorprendido.
Kagome sonrió al mirar la reacción del Lord para irse feliz de la habitación.
— Con que Sesshomaru ¿verdad?
— Así es.
— ¿Quién es tu padre? Debe ser alguien muy poderoso.
— Sí que lo es, aunque no estoy muy seguro de decir el nombre de mi padre ahora, eso no es relevante.
— Que osadía, si no fuera por esa luna juraría que eres un Taisho. –soltó una carcajada ante su comentario.
Sesshomaru sonrió, esto sería divertido y por primera vez en mucho tiempo se permitió reír haciendo que el mayor parara para mirarlo.
— Dime muchacho, ¿Qué te ha causado tanta gracia? -preguntó mientras tomaba su cuenco con lo que parecía sake y daba un trago.
— Mi nombre es Sesshomaru Taisho. –soltó con diversión.
El adulto se atragantó con su bebida.
— Eso es imposible. -Se puso de pie y se aproximó al joven analizando todo y fue cuando calló en cuenta al sentir el mismo tipo de energía proveniente de él.
— ¿Ahora me dirás quién es tu padre? —preguntó con molestia—, aún no nace mi hijo ¿Quién eres?
— Es casi imposible que me creas, pero… -hizo una pausa mientras analizaba la expresión de su abuelo.
— No me vengas con el cuento de que eres mi hijo porque, de una vez te digo que yo no he salido con ninguna mujer a excepción de mi joven esposa que está en cinta
En ese momento Sesshomaru soltó una carcajada.
— No, tampoco vengo a decir que soy su hijo, pero, si soy su nieto.
— Eso es imposible, déjate de bromas.
— Yo nunca bromeo.
— Haré como que te creo muchacho. —le miró serio—, ¿de dónde vienes?
— Vivo en el castillo de la luna, vengo del año 3020.
— Imposible, eres más que un simple Dai yōkai.
Esa mañana Sesshomaru conoció a su abuelo, del que tanto le había contado su padre, dándose cuenta de que era mucho más que en las historias que relataba su padre.
Por la tarde salieron juntos a hacer un rondín por las aldeas para verificar que todo estuviera en completo orden, una de las aldeas resultó estar bajo ataque de un yōkai que, fácilmente eliminó Sesshomaru, el yōkai había dejado como víctima a una pequeña niña, al acercarse al cuerpo de la infante su espada en su cintura palpito dejándole ver a unos seres extraños rodear el cuerpo de la pequeña.
Ante la mirada de su abuelo desenvainó la espada y haciendo un corte al aire la niña comenzó a respirar de nuevo.
— Eso fue impresionante, ¿Cómo lo has hecho?
— La espada, me la dio mi padre, se llama Tenseiga.
Levanto a la pequeña entre sus brazos para comenzar a caminar con dirección al castillo.
El abuelo estaba impresionado ante el poder de su nieto, era impresionante y sin duda se sentía orgulloso de saber que sus tierras estarían bajo buena mano al faltar el.
— ¿Quién es esta niña? –preguntó Kagome recibiendo a ambos yōkais en la entrada.
— Sesshomaru la ha salvado, prepárale un cuarto y la aseas, desde ahora vivirá con nosotros.
La azabache sonrió ante la orden y salió corriendo al interior del castillo a preparar una habitación.
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Mi Vida es Tuya
Fanfic- "Aquí yace la sacerdotisa de Shikon, nuestra heroína" -leyó en voz alta. Se aproximó al templo donde se podía ver una enorme caja de piedra dentro, completamente sola en la penumbra. Observando bien su rededor en la madera de lo que parecía ser un...