El Sur

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Anteriormente:

Un nuevo ataque de Onigumo se verá en las tierras del sur días después. El sur mando una carta pidiendo ayuda al oeste. Kagome era la que iría a encargarse de Onigumo, era la única que no era específica con el poder del malvado hombre.

Sesshomaru observaba a la mujer alistarse, no la dejaría ir sola, algo le anunciaba sobre su seguridad, y no le gustaba esa sensación.

- Iré contigo. No aceptaré una negativa.

Los ojos azules de ella le miraron sin comprender el porqué de la actitud del platinado, pero no se opuso, tal vez algo de compañía le podría bien.

Los ojos azules de ella le miraron sin comprender el porqué de la actitud del platinado, pero no se opuso, tal vez algo de compañía le podría bien

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Dedicado a PuniTaisho123 ¡Feliz cumpleaños! 

Capítulo 4: El Sur

IIII

Caminaban por el bosque espeso en la mañana, el sol aún no salía, Kagome se había perdido extrañamente, en todos los años que había estado sirviendo al oeste nunca había sido acompañado a alguna misión.

Ella no tomó su "mochila", como la había llamado el Taisho futurista, el macho se había empeñado en llevarla a cabo después de una calurosa discusión que ella no pudo ganar.

Era agradable poder viajar con alguien, pero nunca se lo diría al macho por el momento lo guardaría para ella.

Eran cerca del mediodía cuando ella se detiene para tomar el almuerzo y reponer un poco de sus energías.

─ Vamos muy lento. -Demandó el demonio dándole la espalda.

- Discúlpeme, pero de haberlo pedido también me puede gustar ser un Dai yōkai, pero Adivina que no pude elegir. - respondió enojada y caminando más rápido.

Al instante fue atrapada por unas garras fuertes y fue elevada por los cielos, soltando un grito y por instinto se agarró del cuello de él. Minutos después pudo tranquilizarse y se soltó del cuello del ambarino.

─ ¿Cómo aprendiste a hacerlo?

- Mi padre me enseñó cuando tenía pocos años.

─ Nunca había visto a un Inu volar. -aseguró con asombro.

Ante estas palabras Sesshomaru se sorprendió.

─ Debes estar equivocada mujer.

Kagome disfrutaba de ese extraño poder del demonio, el aire en su rostro era tan refrescante y comenzaba a relajarse, y sus ojos comenzaron a darle contrarias a sus órdenes y sin poderlo evitar más se dejaba envolver por los cálidos brazos del sueño

Las horas pasaron y Sesshomaru descendieron en un claro cerca de su destino a esperar que la pequeña mujer entre sus brazos despertara.

Mientras esperaba que la chica regresara al mundo de los vivos se perdió en sus pensamientos.

Mi Vida es TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora