Capítulo 5

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Al día siguiente me aliste rápidamente, tome mi desayuno subí al Pacobi y fui a la escuela. Al llegar Vee me alcanzo corriendo.

- Nora, a noche me llamo tu mamá. – dijo agitada.

- ¿Y qué es lo que quería? – pregunte.

– Dijo que te había llamado, pero no respondiste, así que supuso que estabas durmiendo. – dijo, saque mi celular para comprobar lo que Vee había dicho, y, efectivamente, había 5 llamadas perdidas. – dijo que no vendría toda la semana, porque había mucho trabajo por hacer en la oficina.

– Amm... gracias Vee.

– Para eso están las amigas. – dijo Vee.

Al llegar al salón vimos a Ena pegada al celular.

- Nora, tu sabes que no todo lo hago gratis, así que ahora necesito que me hagas u favor, yo distraeré a Ena y tu tomaras su celular.

– Pero...

- No hay peros que valgan.

– Okay, está bien, lo hare. – dije cuando Vee se llevó a Ena yo tomé su celular y lo escondí, al poco rato apareció Vee.

- ¿Ya leíste los mensajes? – pregunto.

- ¿Y Ena?

- Yoshua la está entreteniendo.

– Bueno, en los mensajes dice que Ena se encontrará a las 5 en el Cusimo Necabi con... David.

– Bien hecho Nora, has aprendido bien, ahora devuélvelo que traeré de regreso a Ena. – devolví el celular y me fui a mi sitio, hicimos la clase con la señorita April, todas sus sesiones eran dinámicas y casi nadie se aburría, todos la adoraban.

A la salida Vee me pidió que le acompañara a espiar a Ena. Cuando era las 4:50, Ena salió con un vestido azul floreado miraba de arriba hacia abajo para asegurarse que nadie la estuviera viendo, subió a su auto y partió, Vee y yo la seguimos hasta el Cusimo Necabi, vimos cada segundo que pasaba, a Ena y a David, hasta que se le tuvo que activar el foco a Vee.

- ¿No se les ve lindos? – pregunte a Vee.

– Si, pero a Ena le gusta Angelo. – dijo ella. – Nora... ¿Quieres saber si a Angelo también le gusta Ena? – pregunto con una sonrisa maliciosa.

– Si, pero Angelo jamás nos lo diría – dije.

– Solo hay una forma de saberlo. – dijo, agarro el celular y empezó a hacer algunas llamadas, después regreso a mi lado y dijo:

- Listo, ahora solo queda esperar. – dijo con un leve suspiro.

- ¿Qué hiciste? – pregunte.

– Ya lo veras solo tienes que ser paciente. – dijo. Pasaron 10 minutos cuando el auto de Angelo apareció en el estacionamiento, Angelo bajo del auto y dirigió su mirada hacia la mesa en el que estaban sentados Ena y David.

– Acaso... ¿llamaste a Angelo? – pregunte.

– Si, era la única forma de comprobar. – dijo.

- ¡¿Pero estás loca?! ¡Ahora causaras una pelea entre Angelo y David!

- Mas callada o te escucharan.

– ¡No me voy a callar! Ahora mismo iré a aclarar todo lo que hiciste.

– No, espera, Angelo no le dirá que yo lo llame.

Dans deux mondeWhere stories live. Discover now