Dans deux monde

Capítulo 8

Cuando llegué a casa, me puse a pensar de cómo es que Patch estaba allí, pero, en el mensaje decía que él... ya lo sabía, ¿acaso con "él" se refería a Patch? ¿Quién había enviado ese mensaje?, con todas las dudas de esa noche, subí a mi cuarto, me dirigí a la ventana para cerrarla, cuando de repente apareció Patch.

- ¿Linda noche con Scott? – dijo.

– Porque... ¿celoso?

- ¿Yo?... por supuesto que no. – dijo tratando de esconderlo, porque en su mirada había una chispa de celos.

- Si claro. – dije con ironía.

– Aún no me has contestado...

- Hubiera sido linda si no te hubieras aparecido, allí y en ese momento.

- ¿Que? ¿dices que tu noche hubiera sido linda si Scott te hubiera besado? – pregunto enfadado.

- ¿Qué hacías allí?

- Nora, te hice una pregunta, y quiero que me respondas. – dijo tratando de calmarse.

– Sí, mi noche hubiera sido linda si hubiera recibido un beso.

- ¿Un beso de Scott? – dijo acercándose y haciéndome retroceder hasta chocar en la pared.

- ¡No lo sé!

- Así que tu noche hubiera sido linda si recibías un beso, ¿verdad?

- Pues si sabes la respuesta ¿para qué me preguntas?

- ¿Querías tu beso? – poco a poco acortaba la distancia entre nosotros.

- Si. – mi respiración se agitaba.

- ¿Aun lo sigues queriendo?

- Si... - la respiración empezaba a faltarme.

– Respóndeme algo, Nora. – elimino esa pequeña rendija de aire que nos separaba.

- ¿Qué quieres que te responda?

- ¿Esperabas un como este? – dijo, mientras que, al terminar de hablar, ya no había ningún milímetro que nos separara, sus labios estaban presionados con los míos, todas mis dudas se despejaban de mi mente y en ella solo estábamos Patch y yo, y como siempre, cuando estaba cerca de él, no podía rechazarlo, no... tenia fuerzas, así que, le correspondí al beso, no sé cuánto tiempo habríamos estado en el paraíso, con Patch, la hora no importaba, sus labios se separaban se los míos.

- ¿Patch? – dije tratando de controlar mi emoción. - ¿quieres que conteste tu pregunta? - Si, por favor, pero... te pido que seas sincera.

- Okay, mi respuesta es... no, no esperaba un beso tan apasionante, tan ardiente, no esperaba... un beso tuyo, Patch. – él sonrió y se echó sobre mi cama.

– Nora, ¿te puedo pedir un favor?

- ¿Qué favor?

- Prométeme que... esos labios rojos... nunca tocaran otros labios que no sean los míos.

- ¿A caso estas celoso?

- Yo... si, por eso necesito que lo prometas.

– Esta bien, tú y nadie más.

– Ahora te toca cumplir tu promesa.

Solo recuerdo, que después de haber hecho mi promesa, me acosté al lado de Patch, y no había necesidad de cubrirme con una frazada ni nada por el estilo, porque el abrazo de Patch era más cálido que me abrigaba más que una frazada.