Guardián de mi alma

Ningún Rastro

¿Amor? - Magnus

Se supone que debería estar feliz, que disfrutaría esta noche, pero lo único que puede hacer el grandioso Magnus Bane, es estar como estatua en uno de los mejores restaurantes de New York, estaba tan mal que su cerebro tenía 20 pensamientos a la vez, ninguno coherente.

-Magnus, Magnus – El moreno fijo se mirada en su amiga, que tena cara de preocupación - ¿Estas bien? Ni siquiera has tocado tu comida y honestamente pareces zombi.

-Sí, estoy bien- llevo la copa de vino a su boca y miro para otro lado.

- No lo estas, te conocemos, ya mejor al grano ¿Qué mierdas tienes?

-Rangor tan lindo y educado como siempre... Pero tienen razón, no sé ni que tengo, todo por culpa del maldito niñero

-Ok me perdí, ¿el niñero?

-no puedo estar cerca de él ya, lo deseo, me estoy volviendo loco, y estoy seguro que es hetero y si me equivoco es el gay menos gay de la historia... es un gran niñero no tengo ninguna queja pero, ya le hice una escena de celos, ya le di un regalo y me encanta que me abrace, está despertando mis bajas pasiones.

-Amigo no has tenido sexo en un año, tal vez solo es eso –Rangor voltio a su esposa mientras hablaba y ella asintió – no tires a la basura todo lo demás, es un buen niñero y hoy en día se batalla para encontrar uno así, es la única persona con la que convives aparte de nosotros, creo que solo es eso. - Rangor hizo una pausa lo miro a los ojos y añadió- O dime si estás enamorado y créeme que todo cambia.

- ¿AMOR? –Esta vez Magnus se quería tomar la botella entera- No,  tienes razón necesito tener sexo

- Entonces te buscaremos algo para esta noche- Catarina alzo su copa mientras hablaba y los demás la siguieron.

Magnus se convenció a si mismo que tenían razón sus amigos, se animó más disfruto la cena. Saliendo fueron a un bar ya que aun era temprano, botanearon, cotorrearon y sobre todo tomaron, ya era de madrugada cuando fueron al antro,  quedaba relativamente cerca de su apartamento, la música era alta, las luces encendían el lugar, pidieron bebidas y terminaron bailando, la noche pasaba y los tragos también, Magnus ya estaba un  borracho, fue al área de fumadores y trato de calmarse un poco, un chico no dejaba de mirarlo, era guapo, alto, un poco marcado, de tez más clara que él, era joven pero aun así un buen partido.

Dio otro toque al cigarro sin quitarle la vista al chico y este comenzó a acercarse, cuando llego a lado de Bane tomo la mano donde tenía el cigarro, la alzo y le dio un toque al cigarro del moreno.

- ¿vienes solo? – la voz del chico era fuerte masculina

-solo de mal tercio, con unos amigos

- ¿y tus amigos se molestan si te secuestro?

-Eso no me interesa

-bien te invito una copa, -tomo a Magnus de la cintura y comenzó a caminar a su lado -¿Por cierto cómo te llamas?

- Créeme eso es lo que menos importa. –Le sonrió al chico y el hizo lo mismo-

Varias copas después ya se estaban besando, Rangor los vio y solo sonrió, al fin su amigo tendría la noche que quería. Las coas empezaron a subir de tono y decidieron salir del antro, estaban tomando un taxi, acordaron ir al apartamento del moreno, el chico vivía con sus hermanas y no podía llevar gente. Magnus acepto pero no sin antes amenazarlo.

-HACES RUIDO Y TE LARGAS

Entraron al apartamento en silencio pasaron la sala y el chico jalo a Magnus para besarlo lo acorralo y azoto contra la pared, Magnus le devolvió el beso, solo tenía que empujarlo hasta la cama, estaban afuera de su cuarto y en la de alado estaba Max.