Entiendo si me odias

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Entiendo si me odias -Magnus (si quieren poner la canción, es too good at goodbyes....)

Era la cuarta taza de café que tomaba estaba en la sala, esperando que Alexander despertara, no podía ocultar la sonrisa que tenía, había sido divertido ver a Alexander borracho, sin embargo sabia la pelea que le esperaba, si Alexander no se despertaba en una hora iría el mismo a despertarlo, tomo la taza y fue a la cocina, puso la cafetera otra vez, saco del refri una charola con fruta picada para que se fuera ambientando, y busco el jabón de lavar los trastes y escucho un pequeño ruido.

Salió de la cocina y vio a Alexander intentando salir de puntitas, se tuvo que morder el labio para reprimir la carcajada, se puso serio (según él).

-Así que ya te vas –Alexander se frenó de golpe, piso bien, suspiro y giro- Y con mi ropa puesta, esa ropa no es tu estilo Alexander, ¿de verdad pensabas irte descalzo?

-Hola Magnus-Alexander bajo la cabeza.

-Anda vamos a la cocina tomate una pastilla para la resaca, traes una cara de crudo.

Dejo que el chico pasara primero a la cocina, como si temiera que fuera a escapar, Alexander se adentró y fue a donde tenía los vasos tomo uno, lo lleno de agua y voltio hacia él, Magnus tomo las pastillas que tenía ya en la mesa, se las dio a Alexander y vio cómo se tomaba 2, ver como se movía su manzana era hipnotizante.

-¿Puedo ver a Max?

-No... Catarina y Rangor vinieron por el temprano, ya que un borracho llego gritando y despertándolo a las 5 de la mañana.

-¿Qué yo hice qué?

-No sabes ni como llegaste aquí verdad

-No

-tuve que darle propina extra al taxista por haberte traído, me despertaron tus toquidos y que me gritabas "PUTO MAGNUS DAME LA CARA", cuando escuchaste a Max llorar por tus gritos, fuiste a su cuarto, lo cargaste, por suerte te sentaste porque no podías ni estar de pie, me dijiste de lo que me iba a morir y lloraste con Max, no me dejabas cargarlo, HICISTE LLORAR A MI HIJO POR 20 MINUTOS, ¿QUE DEMONIOS TE PASA? -respiro un momento y trato de calmarse, una cosa era el y otra su hijo, Alexander tenía la cabeza gacha no podía ni mirarlo a los ojos, Magnus se acercó a él y ni así alzo la cabeza– después me lo diste y te quedaste dormido, lo dormí y te lleve a mi cuarto, despertaste me dijiste muchas cosas pero por lo menos ya no gritabas, pero nos vomitaste, por suerte solo fue sobre la ropa, por lo que tuve que quitarte la ropa, te deje acostado en lo que echaba nuestra ropa a la lavadora, te estaba arropando y despertaste empezaste a llorar y me pediste que te abrazara, dormimos juntos, esta vez no hice nada, lo juro.

Alexander no decía nada ni alzaba la cabeza,ya había pasado un rato Magnus se desesperó, tomo su mandíbula y alzo su cabeza, ver a esa cara llena de lágrimas, lo ponía mal, le limpio las lágrimas y comenzó a pasar su dedo en los labios de Alexander.

Guardián de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora