Capítulo 2

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You say you love me, I say you crazy.—Annie Marie


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La música resonaba por todo el vecindario haciendo que la gente bailara al su ritmo mientras bebían y cantaban a todo pulmón, y el olor a tabaco y a otras sustancias se respiraba por toda la casa, haciendo que el mareo aumentara en algunas personas que ya iban pasadas de copas. Las fiestas de Leo no eran nombradas como las mejores por nada, y la cantidad de gente que había ahí, lo demostraba.

Aries se encontraba en la cocina, donde estaba todo el alcohol, junto a Piscis que hablaba animadamente con Cáncer. La rubia rodó los ojos y se bebió de golpe el contenido de uno de los vasos que había en la encimera, que quemó en su gargant. Vodka. Sonrió con arrogancia y se llenó más el vaso. Estaba cansada de todo y necesitaba distraerse; ser la líder de las animadoras no era tan bonito como lo pintaban las típicas películas americanas, dónde todas hacían caso a lo que una rubia con complejo a reina les decía. Era un jodido martirio, que por desgracia o suerte le había tocado.

Suspiró con frustración y volvió a darle un trago a su vaso, haciendo que su hermana la mirara con reproche. Las dos sabían como iba a acabar Aries; borracha a más no poder, seguramente vomitando también. Mientras volvía a llenarse el vaso, miró a su alrededor, chocando con la mirada café de Capricornio, que estaba a su lado hablando con Géminis. La chica lucía enfadada, haciendo que Aries no pudiera evitar mirarla con un poco de recelo. No es que no le cayera bien Capricornio, al contrario, se llevaban bastante bien, pero des de que las cosas no acabaron demasiado bien entre Géminis y Tauro, cada una se había posicionado a favor de uno.




We're nothing more than friends.





Aries no había vuelto a hablar con ninguno de los dos, al menos no como antes. Con Géminis casi ni le dirigía la palabra, y con Capricornio se habían mantenido de forma cordial. Había hecho daño a Tauro, a una de las personas más importantes en la vida de la rubia, y ella no era de las que iba a ser imparcial. Si tocabas a sus amigos, ella no iba a tener clemencia.

—¿Estos días has estado mucho con mi hermano no crees?—dijo burlón el castaño, provocando que su mejor amiga lo mirara despectivamente. Capricornio con el tiempo había aprendido que Géminis nunca medía lo que salía por su boca, estaba acostumbrada a que su mejor amigo fuera un imbécil la mayor parte del tiempo. Y no es que le molestara que hablara de ella y Sagitario como algo más, si no que lo hiciera de esa manera; burlona, con veneno en la lengua.

—Cállate Géminis.—respondió esta con los brazos cruzados encima de su pecho. La chica enarcó una ceja burlona y lo miró con sorna.—Yo no te digo nada por ser un capullo con Tauro, así que mejor no abras la jodida boca.



You're not my lover, more like a brother.



Aries estalló en carcajadas ante el contraataque de la morena, que desvió su mirada hacia ella cuando la oyó reír. Definitivamente eso había sido jodidamente espectacular ante los ojos de la ariana, que miraba a Géminis sin parar de reír.

—Vámonos de aquí, que el alcohol ya ha empezado a hacerte efecto.—comentó Capricornio burlona mientras agarraba a la rubia por el codo sacándola de la cocina.—Necesito pillar un pedo, o voy a estar cabreada toda la noche.

Aries cogió una botella de vodka ante el comentario de la castaña, que sonrió con triunfo cuando la rubia le enseñó la botella que había en una de las mesas donde habían vasos con líquidos dentro, y le dio un largo trago pasándosela a Capricornio. Iba a ser una noche loca e intensa, de esas que al día siguiente te duele la cabeza como los mil demonios, y la barriga parece que te vaya a explotar. Y para que mentir, las dos lo necesitaban. Iba a ser una tregua bien merecida.



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