ZODIAC TEENS

EPÍLOGO

Pasaron siete años des de ese último día en la casa de playa de Leo, y durante esos siete años, cambiaron muchas cosas, aunque otras siguieron exactamente igual.

Tauro consiguió dedicarse a lo que más amaba, a la música, y su relación con Leo había seguido viento en popa. De hecho, ahora vivían juntos en un duplex en el centro de la ciudad.

—Amor, estás lista?

Tauro se acabó de poner los pendientes y levantó la mirada hacia el espejo, viendo el reflejo de Leo, que estaba apoyado en el marco de la puerta. Ella sonrió al verlo tan apuesto, y este se acercó rodeando su barriga un tanto crecida. Estaba de 5 meses. Nunca pensó que acabaría formalizando hasta tal punto su relación con el rubio; pero aquí estaban, viviendo juntos y esperando a su primera niña.

—Estoy lista cariño.

Leo dejó un casto beso en los labios de la morena y se dirigieron hacia el parking. Esa noche se iban a reunir los doce en casa de Géminis para celebrar su cumpleaños. Habían podido cuadrar sus horarios para reunirse todos, algo que no pasaba des de hacía dos años. Se habían ido viendo esporádicamente los unos con los otros, pero nunca todos juntos.

Llegaron a casa de Géminis, la cual se encontraba a las afueras de la ciudad. La pareja bajó del coche, y mientras se dirigían hacia la casa vieron a Libra y Virgo saludarles.

—Leo! Tau! Que ilusión veros!—gritó con efusión Virgo abrazando con delicadeza a su amiga. Esta la miró de arriba a bajo y se fijó en la barriga de su amiga.—Madre de dios amiga! Ya está más crecidita!

Tauro solo pudo asentir con efusividad con la cabeza.

—Y donde está Dani?—preguntó Leo.

—Lo hemos dejado con los vecinos.—respondió Libra rascándose la nuca nervioso.—El chaval quería venir, pero ya sabéis que cuando estáis se emociona. Hoy no nos hubiese dejado hablar en paz.

Mientras hablaban Libra tocó a la puerta, y a los segundos los abrió un efusivo Sagitario.

—Hombre, pero a quien tenemos aquí? Las parejas más prometedoras del grupo!—comentó burlonamente el chico, haciendo que los demás rieran y negaran con la cabeza. Su amigo no iba a cambiar.—Venga, no os quedéis parados ahí. Entrad que sois los últimos en llegar.

—No me creo que haya llegado antes Aries que yo.—comentó Tauro sorprendida.

—Pues créelo amiga.

La rubia apareció tan espectacular como siempre, luciendo uno de sus diseños.

Las amigas se abrazaron para luego dirigirse hacia el salón, donde estaban los demás hablando y riendo como si no hubiesen pasado esos siete años.

—Hermanita, estas preciosa.—dijo Escorpio levantándose del sofá con la cerveza en mano, dándole un beso en la mejilla a Tauro.

—Tu, que me ves con buenos ojos.

Todo parecía fluir con naturalidad, pero en verdad la cosa estaba un poco tensa. Capricornio y Sagitario hablaban como los amigos que habían sido, pero había nostalgia en sus ojos. Ya no estaban juntos, y eso se notaba. No hacían bromas, no se metían el uno con el otro, no era lo de antes.

Piscis y Cáncer no se dirigían la palabra, no había salido bien la cosa entre ellos, nunca acabaron de entenderse y de dejar el egoísmo a un lado, así que cada uno tomó su camino.