Capitulo Veintitres

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La Vida para Valeria y Richard se convirtió en un camino largo de rosas por recorrer, no les hacía falta nada, sus vidas eran más que perfectas, con la buena nueva él estaba muy ilusionado por cuidar a su mujer y de sus pequeños, el miedo a perderlos estaba latente siempre en su corazón, no veía el día que nacieran para tener la certeza de que ese sueño mágico era real, sostener a sus bebes era un anhelo que día con día crecía en su interior, aquella tarde deseaba estar en casa cuidando de Valeria apenas y tenía tres meses de gestación pero estaba loco por ver crecer su vientre y llenarlo de besos, sentir las patadas de los pequeños y saber sus sexos la doctora Ingrid les indico que todo marchaba bien en la segunda visita, pero Richard se empeñó en tener a su mujer entre algodones todo el tiempo aunque a ella le fastidiara la idea, por su parte Valeria tenía un pequeño momento de paz mientras caminaba con su amiga Gabriela por el centro comercial.

-¡Muchas felicidades amiga! Esa sí que es una buena noticia que estés embarazada y encima enterarme que es un embarazo gemelar me llena mucho de dicha esa sí que es una novedad, sin duda alguna muchas cosas han cambiado estos meses –Le dio un abrazo fuerte y luego entraron en una tienda de artículos para bebé.

-Sí, la verdad es que mi vida ha cambiado muchísimo en casi tres meses, esta noticia nos ha unido mucho a Richard y a mí, aunque el hombre se ha vuelto algo insoportable, el tipo está detrás de mí todo el tiempo, con las vitaminas prenatales el hierro y el ácido fólico, solo al despertar está ahí con comida digna para todo un batallón, me quiere tener entre algodones como si fuera a romperme, en ocasiones siento que me asfixia, las náuseas me tienen fatal no puedo probar bocado y Richard se empeña en querer alimentarme a toda costa ayer casi le parto el cráneo al correrlo del apartamento para que me dejara respirar el muy capullo esquivo la cazuela que le lance y salió partiéndose de risa, el embarazo altero todas mis hormonas, debo reconocer que mi deseo sexual se ha disparado a niveles indescriptibles todo el día quiero meterle mano a ese dios del sexo ufff que solo de pensarlo me pongo como tren –Se dio aire con la mano mientras veía un par de trajes blancos con las mejillas encendidas.

-Y que lo digas mujer ese tipo se cae de bueno es obvio que cualquiera le querría meter mano y con tus hormonas revolucionadas la cosa se pone mucho más peligrosa aprovéchate de que te cuida no todos los hombres hacen eso con sus mujeres el hombre es tu héroe tu protector déjate consentir amiga –Gaby contemplo una preciosa cuna de madera y repaso los dedos por la delicada tela

-Estoy apenas de tres meses, la cosa va a empeorar tengo miedo de ponerme tan grande como un mundo y que el pierda el deseo por mí –Dejo la ropita y se acaricio el vientre que apenas y comenzaba a notarse.

-Todo eso es pasajero guapa algunos hombres desean follarse a sus mujeres cuando están gestando, según eh leído el libido sexual aumenta en ellos vas a ver que eso no ocurrirá, después de tener a tus nenes quedaras preciosa vas a ver disfruta la etapa hermosa vamos continuemos viendo cosas –Ambas caminaron por los pasillos de la tienda ansiosas de ver todas aquellas cosas.

-Bueno preciosa y ya sabes los sexos de los pequeños.

-Oh no Gaby aún es muy pronto para saberlo en el quinto mes tal vez me anime a preguntar pero la verdad es que deseo que sea sorpresa yo deseo un par de niños pero Richard añora tener dos nenas, en realidad sean lo que sean quiero que nazcan sanos el sexo es lo de menos.

-Seré una orgullosa tía

-Lo sé de eso no tengo duda –Ella esbozo una risita tierna con los ojos puestos en los juguetes.

Al llegar a casa Valeria suspiro al saberse sola, se dio un respiro zambulléndose en la tina al salir se encontró con Richard que se quitaba el saco con el semblante cansado, ella se puso a horcadas sobre él y le dio un apasionado beso en los labios.

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