20 de Febrero, 2012
Estimada Alice:
Hace muy poco tiempo me decidí a escribirte este correo, pero ciertamente la idea me ha estado dando vueltas en la cabeza desde mucho tiempo atrás.
Probablemente no lo leerás, imagino que estarás muy ocupada escribiendo libros maravillosos como para leer las penas de una chica desconocida.
Las posibilidades de que ni siquiera esté en tu bandeja de entrada son infinitas y muy probables tomando en cuenta que tu carrera como escritora está en constante ascenso, pero necesito un confidente, necesito que mi voz sea escuchada, tan solo una vez, necesito saber que las palabras dejarán de ser solo palabras cuando les dé vida.
Mi madre solía decir que las palabras eran importantes, que eran peligrosas en bocas de personas con pensamientos erróneos y malintencionados, pero que sin embargo solo serían letras acumuladas si no buscábamos la manera de darles un significado.
Yo realmente no puedo callarme más lo que está sucediéndome, podría fácilmente contarles a mis hermanos porque sería lo correcto. Pero temo por ellos, sé que si les comunico lo que mi vida ha sido desde que vivo con mi padre, buscarán la manera de enfrentarse a Padre, sobre todo Jared, él y Padre han tenido tantos encontronazos anteriormente que el último puede ser el que termine por destruir lo que queda de nuestra pequeña y disfuncional familia, no deseo ser la causante del dolor de mi hermano, él es una buena persona Alice, y no quiero que se gane una paliza por mi culpa, así que he eximido de involucrarlos.
He preferido contárselo todo a alguien ajeno a los acontecimientos que no tiene manera de salir dañada por mis errores, por mi realidad
Aquí voy.
Leí tus libros Alice, muchas más veces de las que puedo contar...y te juro que sueño con eso, con ser como Chrystal Hope y conseguir un amor que me ayude a superar mis demonios internos, un amor que me consuma y me haga cambiar de parecer acerca de la vida.
Lamentablemente solo tengo las humillaciones y agresiones constantes, no importa lo que yo haga para cambiarlo o entenderlo al menos, Padre siempre va a odiarme.
No soporta ni siquiera mi sola presencia. No soporta compartir habitación conmigo. Odia mirarme a los ojos, y estoy segura de que ni siquiera es de su agrado el hecho de que inevitablemente yo tenga que disponer de su mismo aire para poder respirar.
Pero aún así se rehúsa a dejarme ir. Me odia, pero odia más que yo pueda llegar a ser feliz, que yo sea remotamente libre.
Hasta hace unos años las agresiones eran meramente emocionales, me hacía sentir miserable, me hacía sentir como si fuera un completo error, me hacía querer irme de una vez por todas para estar en paz, en ese tiempo no supe que me estaba preparando para algo más grande, me estaba destruyendo por dentro, para hacerlo por fuera más adelante.
Las humillaciones psicológicas no pararon, no han parado hasta el día de hoy.
La primera vez que se atrevió a golpearme me encerré en mi habitación y lloré hasta quedarme dormida. Fue lo peor que pude haber hecho, Padre tiró la puerta de una patada, como si fuera de anime, como si no se tratara de madera sólida y fuerte, hasta ese momento no había sentido jamás el terror de ser golpeada sin piedad, de ser considerada un objeto inanimado, porque él creía eso, creía que yo solo era un maniquí, que no sentía, al que no le dolía nada y al que podía romper y volver a construir después.
El problema es que él nunca ha tenido intenciones de armarme.
Me maltrata física y mentalmente siempre que quiere y no puedo hacer nada para evitarlo, simplemente imagino que estoy en un lugar feliz, imagino que estoy con mamá, que ella está cantandome como siempre hacía y espero el impacto que no tarda mucho en llegar.
Muchas veces me pregunté qué cosa tan horrible había hecho para tener que merecer este calvario constante y ser maltratada de este modo tan cruel e inhumano.
Llegué a la conclusión de que él solo lo hacía porque sí, de un tiempo para acá dejé de culparme y comencé a darle todo el crédito a él, porque entendí que no hay nada tan espantoso que se pueda hacer en esta vida como para ser merecedora de un castigo como este.
Sé con franqueza que Marco hubiese preferido que no naciera, él solo quería niños que heredaran el imperio que ha creado con tanta atrocidad, y lo sé porque es lo que siempre me grita después de agredirme... Dios, no sabía lo difícil que iba a ser escribir esto, es más fuerte cuando lo cuento y las memorias acuden a mí, tan vividas y tormentosas como en mis pesadillas.
Ya no quiero vivir aquí, no deseo ser nunca más su saco de boxeo. Quiero aprender a quererme a mí misma para que mi padre pueda hacerlo también, pero honestamente
¿Quién podría querer a este montón de marcas y cicatrices?Las físicas se cierran con el tiempo y dejan memoria de que estuvieron allí, pero las psicológicas no consigo cerrarlas, estaré marcada para siempre y eso me asusta Alice, tengo miedo de no poder ser una persona normal, mi vida no ha sido común hasta ahora, tengo quince años de moretones y cicatrices.
Quisiera poder hablar más, prometo escribir luego. Ahora estoy escondida en mi habitación porque él ha llegado a casa y está enfadado, he ignorado sus llamados amargos para que acuda a verlo, durante dos horas enteras, pero sé que ya no aguantará más y derribará mi puerta en cualquier momento, de la manera en la que ya lo ha hecho antes, prefiero que no sepa por ahora que te escribo.
Sin más que decir por hoy...
Tu mayor Lectora,Nevaeh Pignatelli
ESTÁS LEYENDO
Las Memorias de Nevaeh
Short Story"Porque todos necesitan una voz, porque las cosas que están sucediendo no pueden quedarse impunes, porque la realidad actual merece ser contada, porque callarse no debería ser una opción válida, porque esto logre hacer al menos un poco de conciencia...