La revelación de la magia ( TRADUCCIÓN )

20. El rey de la leyenda

"Y aquí estamos." Arthur anunció y Merlín levantó la vista.

"En medio de la nada". Comentó.
Arthur rodó sus ojos, "Esto está en ninguna parte".

"Entonces estamos bastante cerca".

Merlín gruñó. "Entonces, ¿dónde está este tipo? ¿Quinn?" ladeó la cabeza, "No hay nadie alrededor".

"Bueno, sí dijo que nos veriamos en la tarde, estamos un poco temprano". Arthur señaló cuando desmontó su caballo y ató las riendas a un árbol cercano.
"Mientras esperamos, ¿podemos almorzar?"

Merlín resopló, pero bajó de su caballo también y lo ató antes de comenzar a cocinar.

Arthur vio como Merlín trabajaba. "¿Merlín?"

"¿Ahora qué?" El hechicero dijo en broma.

"¿Cuántas veces habría muerto si no vinieras conmigo en mis misiones?" preguntó el rubio.

"Arthur, no hubieras durado un solo día sin mí". Respondió secamente "Eso no impide que lo intentes, pero es la verdad".

Arthur resopló ante el comentario, "Estoy bastante seguro de que puedo cuidarme, Merlín". Refunfuñó mirando al brujo que sacaba comida y pequeños cuencos de metal de su bolsa. Lo siguiente que supo fue que no era capaz de tocar el suelo o hacer otra cosa que no fuera mover el cuello. Al buscar la razón encontró a Merlín mirándolo por encima del hombro con una pequeña chispa de travesura en sus ojos dorados y eso lo hizo temblar.

"Merlín." Dijo severamente, tratando de mantener la compostura, pero el hechicero solo sonrió.

"Y dime, mi Señor, ¿cómo saldrías de esta situación exactamente?"
Arthur miró al suelo, luego a Merlín, luego al cielo. Luego, volviendo a Merlín.

"Está bien, pero en mi experiencia, la mayoría de los hechiceros no pueden hacer esto".

Merlín puso los ojos en blanco, "Sin embargo, la mayoría de los que intentaron matarte fueron capaces de tratarte como una muñeca de trapo".

"Eso fue solo Morgana y Morgouse y... bien, entiendo tu punto. Pero siempre estuve bien".

Merlín frunció el ceño y Arthur sintió que la magia se movía a su alrededor, haciéndose cada vez más fuerte y haciendo que respirara bruscamente.

"Eso fue porque siempre estuve allí, idiota".

Merlín se dio la vuelta completamente para poder ver a Arthur, sus ojos todavía brillaban dorados. Arthur intentó cambiar su peso, pero descubrió que estaba prácticamente atrapado en la posición de las piernas cruzadas en la que había estado cuando comenzó la conversación.

"¿Qué tal estás allí, Arthur?" Merlín preguntó mientras veía a Arthur tratar de moverse. El rey frunció el ceño ante el hechicero a medias.

"¿Me vas a dejar bajo este hechizo?"
Merlín miró uno de los platos que había preparado, completo con pan, cecina seca, manzanas y ensalada, y le dio un mordisco al pan.

"Depende". Dijo descaradamente.

Arthur gimió y dejó de intentar moverse, prefirió evitar quedarse sin fuerzas.

"Merlín."

"¿Sí, Arthur?" Merlín bromeó, soltando una pequeña carcajada al ver que el rey se daba por vencido.

Arthur lo miró largamente antes de suspirar, "Está bien, está bien. Lo admito. No duraría ni un día. Ahora, ¿podrías por favor liberarme?"

Merlín sonrió y de repente Arthur pudo moverse y se encontró siendo colocado suavemente sobre sus pies.