Dicen qué luego de los actos que solemos hacer en el diario vivir las consecuencias son las que vienen después de los mismos. Cómo por ejemplo observen mi situación: enamorado de mi jefe y siendo rechazado sin siquiera haberme confesado y lo qué es peor es qué él parece disfrutarlo y no sólo eso, si no que me da esperanzas en el proceso. Lleva alrededor de 50 minutos hablando con su "Prometida", si, lo acepto estoy demasiado celoso en éstos momentos, pero no puedo hacer nada, él no me pertenece ésa es la realidad. Finalmente llegamos a nuestro destino, parece ser el hotel en dónde el jefe se está hospedando y en el qué desgraciadamente yo también me hospedaré y qué "por su seguridad" debería dormir en su habitación. Lo advierto, si invita a ésa perra a la habitación para hacer porquerías me molestaré y llenare la cama de ácaros para que le coman el cuerpo. Es infantil lo sé pero no puedo hacer nada más, justo ahora tengo ganas de asesinar a alguíen.
(Pain en éstos momentos se encuentra indispuesto para narrar así que tomaré la palabra XD)👀
Ahora ambos caballeros bajaban de el automóvil y Pain agarró sus maletas para así seguir a su jefe quién ya había continuado el camino cubierto de una gran cantidad de guarda espaldas los cuáles Pain no conocía o al menos la mayoría. Obito esperó a por Pain y así caminó a su lado cómo iguales, juntos llamaban la atención de todas las mujeres allí presentes pero éso era lo qué menos le importaba a Yahiko púes su seriedad era tanta qué provocó una pequeña risa en el azabache. En el ascensor pudierón estar a solas más no se dirigierón la palabra éso hasta entrar en la habitación qué para la suerte de Obito era a prueba de sonidos. Tomó a Yahiko de su muñeca con fuerza luego de haber cerrado la puerta con llave y lo arrastró hasta llegar a la cama, Pain estaba confundido por tal repentina actitud de el contrario.
• Ahora estamos solos princesa.... ¿Me explicaras lo que sucedió anoche en tu habitación?.
Aquella sonrisa que se marcaba en los labios de su jefe era extraña y también el tono en el que le estaba hablando. Pain sabía que no importaba la respuesta qué este diera aún así recibiría lo que se merece y todo por querer provocarle.• Era... exactamente lo qué vistes... Creo que no hay nada más qué explicar aquí. ¿No? No es cómo si tu y yo...
Entonces, sintió cómo las manos de Obito apretaba con mucha más fuerza sus muñecas, tanto qué la fuerza en ellas se desaparecía.• Ya veo... Espero hayas venido preparado porqué ésto no te va a gustar.
Nuevamente su vos sonaba autoritaria y éso provocó qué Pain se estremeciera pero no de placer si no de miedo. Por primera ves en mucho tiempo Pain sintió miedo de Obito y un pequeño recuerdo recorrió por su mente cómo una nube pasajera: en la qué un pequeño niño era salvado por sus manos y en la qué el le había acompañado hasta su casa y fué premiado. No sabía el porqué había recordado a aquel niño en estos momentos pero sabía qué no era bueno. Obito con una fuerza sobre humana volteó el cuerpo de Pain aprovechando aquel tranze y sin más amarró sus manos sobre aquel cabezal de hierro con diseños de rosas enmarcados en él. Pain quería quejarse pero entonces Obito cerró sus labios con la propia corbata de él de ojos miel y entonces fué ahí cuándo el terror de Pain comenzó.
• Voy a enseñarte.... Se levantó de la cama y amarró los pies de Yahiko mientras le hablaba. Quién es tu dueño... Y a quién le perteneces porque parece qué aún no lo tienes claro.
Justo a un lado de el cuerpo tendido de Pain el azabache abrió un pequeño maletín completamente nuevo y de allí saco unas cuántas cajas de las qué Yahiko no entendía su propósito, ésto hasta ver su contenido. Resulta qué en cada una habían diferentes objetos de tortura y parecía ser qué Obito tenía planeado usarlos en él. Su rostro palideció, no podía creer qué su jefe comenzaría con tal azaña y sólo por un simple juego. Entonces él azabache suspiró, él no quería llegar a ésas alturas con Yahiko pero no tenía opción. Aquel coraje que sintió al verle de ésa manera le colcomia la mente cada ves qué lo recordaba, era claramente una tortura para él y éso le molestaba. La manera en la que tocaba el cuerpo de Hidan y provocaba que el se excitase le hacían perder su poca paciencia y éso no era bueno. Ordeno entonces Obito todos aquellos "juguetes" y justo a el lado ordeno algunos "juguetes sexuales" de los qué pronto le daría uso, o eso pretendía. Él había recordado las muchas veces en las que fué insultado por ése extraño "fetiche", odiado y rechazado. Pero cuándo encontró a Hidan pudo sentirse conforme aunque al final él también le insultó al ser tan extremo en ello. Pero, cuándo sus manos tocarón el cuerpo de "Pain" sentía siempre ésa adrenalina, era electrizante y placentero. Recordó también mientras tomaba uno de los tantos juguetes en sus manos cómo Yahiko se le entregó y cómo fué que ése día el se había ido y dejado con aquella confusión. Pero es qué, en el trabajo qué el tiene no podía involucrarse, además de que sabía bien que Pain le investigaba y aunque él le ha dejado todo libre para que hable aún no lo había hecho y éso era extraño púes estaba seguro qué él le delataría.
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¡Es una orden! (Yaoi-ObitoxPain)
Fanfiction•°Prólogo°• Era una tarde de verano en la qué Yahiko paseaba por el parque luego de haber salido a la tienda de conveniencia cerca de su casa. Había tenido una charla con sus compañeros de trabajo, claro, una charla en la que los puños eran los que...