Finalmente, Itachi obtuvo un positivo de aquel hombre. Resulta que él estaba en perfecto estado gracias a aquella sustancia, por lo que, para asegurarse que todo estuviera en orden él tomó una muestra de aquella "medicina" y así emprendieron el viaje.
En el camino, había dibujado la ciudad desde lo alto en aquel avión. Finalmente habíamos llegado a nuestro destino, pero, para mi desgracia no se me permitía salir de aquí. El lugar que se supone era sólo una fachada para que el pensara que yo estaba allí, resultó ser el mejor lugar para mi escondite. Ya que, según Itachi, el no tendría el valor de darme la cara. Sonreí, pensando en ello, ¿Qué haré cuándo le vea? ¿Enserio le golpeare hasta el cansancio? ¿O quizás le abrazaré hasta que dejemos de respirar?
No, no lo creo, si es cierto lo que éstas cartas dicen, creo que lo primero sería dejar todo claro. Después de todo, el es el hombre que más amo en éste mundo, y, si el destino me lo quita de mis manos.... No podría vivir.
Itachi, tal y cómo se había planeado había llegado a la mansión de Obito y una ves allí observó al mencionado disfrutar de una buena copa de vino mientras tenía su total atención en aquella TV. Suspiró, no sólo le obligó a cumplir con aquella tarea si no que también había tenido que mentirle a quién fue su compañero de cuarto por unas largas horas.
● Sabes que estoy aquí... ¿No?
● ¿Y? ¿Acaso debería importarme?
● Hum.... Él te odia, ¿lo sabías? No hay marcha atrás es tu culpa después de todo. Y sabes qué es lo más gracioso...
Obito volteó a verle con clara molestia, eran obvias las intenciones del contrario por lo que aún molesto le dedica una sonrisa a su contrario invitándole a que termine.
• Le he dicho la verdad Obito... Le he dicho que tienes cáncer.
Palidecio, y cayó en cuenta. No tenía tiempo para molestarle, debía encontrarlo a toda costa después de todo su tiempo se estaba acabando. Tres meses, en sólo tres meses le haría feliz. Sólo eso necesita para que todo vuelva a ser cómo antes.
• ¿Dónde está?... Itachi... ¡Urrgg!
Su pecho palpitaba a una velocidad increíble, aquellas palabras le hacían feliz pero a la ves le causaban daño. Su corazón se oprimia de dolor y éso era algo que él no podía controlar. Itachi, acarició suave el centro de su espalda logrando calmarle y así Obito pudo respirar bien.
• ¿Don....?..
• Toma aire... Inhala... Éso es... Bien, vamos en una hora a verle. Obito, por tú bien no hagas nada imprudente.
Estaba preocupado por lo que podría pasar cuándo ésos dos se reencuentren. A todas estas, Yahiko descanzaba en aquella enorme cama observando el techo de su habitación, a su alrededor las cartas fácilmente podían envolver su cuerpo. Él las había leído todas, y el pesar de su corazón cada vez se volvía más exigente, queriendo explotar en lágrimas y así hicierón. Dejó salir todo aquel remordimiento que se estaba creando en su interior, y con ello, las ganas de querer desaparecer.
"Estúpido... ¿Porqué tuviste qué hacer algo tan temeraro?"
Pensaba, y sin querer el contrario había respondido, sin saberlo ambas partes habían comenzado una conversación en su consciencia, casi cómo si se estuvieran viendo frente a frente.
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¡Es una orden! (Yaoi-ObitoxPain)
Fanfic•°Prólogo°• Era una tarde de verano en la qué Yahiko paseaba por el parque luego de haber salido a la tienda de conveniencia cerca de su casa. Había tenido una charla con sus compañeros de trabajo, claro, una charla en la que los puños eran los que...