•°Epílogo: ¿Luna de miel o castigo?°•

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Finalmente el día había acabado, aunque estoy muy nervioso ya que había olvidado el paso que sigue luego de la boda. Y la verdad, estoy seguro que será intenso. El y yo no nos hemos tocado desde que nuestra relación volvió a comenzar, es como si hubiéramos empezado desde cero. Me estoy arrepintiendo de llegar al hotel pero...  tengo que enfrentarlo, Yahiko tu puedes con ello. Ánimo.

Intentaba con todas sus fuerzas que su contrario no notara su nerviosismo pero era algo inevitable en esos momentos, pues Obito se había fijado en ello hace mucho. De manera tranquila y con una voz seductora llegó hasta el oído del menor en dónde susurró:

Tranquilo gatito... Aún tenemos tiempo para ello.

Su corazón se alteró, el descontrol en su pecho era demostrado en aquella expresión que obtenía ahora su rostro. Yahiko levantó su mirada con algo de vergüenza y entonces se alejó de él. Su rostro completamente rojo hasta sus orejas expresaba lo que con su boca no podía, y a pesar de aquella cara de poker Obito pudo entender la vergüenza en aquellos ojos de color miel.

Se saborearia su cuerpo hasta que sus sentidos gustativos se expiren,  le hará pagar por todo el tiempo en el que no le había permitido tocar su cuerpo, si quiera verle. Observó como Yahiko le dejó solo en medio de la recepción de hotel. Él por supuesto no perdió su tiempo, en 5 minutos ya estaba en el ascensor y sin mas cuando finalmente este abrió sus puertas le dejó ver aquella puerta de color blanco.  La abrió y se adentró en aquel recibidor de aquella suit que tan elegante se veía. 

Observó también los pétalos de rosas blancas que yacían sobre el suelo dejando ver un ambiente romántico. Pero, lo que más le llamó la atención fue el ver a su "muñeco de porcelana" llevar aquel conjunto que pensó jamás usaría.  El cuero encajaba bien en aquella blanquecina piel, las correas ajustadas en su cintura le hacían querer dominarlo y maltratarle hasta que no pueda más.  Observando al joven sentado en la cama estilo japonés de una manera muy educada le estaba haciendo perder la poca cordura que tenía. Llevó su mano derecha a su rostro y lo acarició soltando un largo suspiro.

• Y yo aquí preocupándome por ti...

• Bueno... Es nuestra luna de miel... 

• Así es...  Hoy voy a castigarte cómo nunca antes.

• Sí, amo... 

El nerviosismo en el cuerpo de el más joven era evidente, tanto que el pelinegro no lo pasó por alto. Sonrió y cortando la distancia entre ambos se acercó al oído contrario.

• Tranquilo...  Aún tenemos mucho tiempo.

Yahiko sintió desfallecer al sentir el cálido aliento sobre su oreja, su rostro expresaba lo que sentía y tan sólo con aquel susurro podría exclamar que su amo le regalara el placer que tanto a deseado todos esos años perdidos.

• De rodillas amor. Sin bajarte de la cama, después de todo debo encontrarle un uso a estas cadenas.

• Sí... 

Lo tenía cómo siempre lo había querido, sumiso, temblando de nervios por lo que pasaría. Obito con tan sólo verle de esa manera se imaginaba miles de posibilidades en las que le haría suyo. Pero, ese deseo ya no tenía que contenerse en sus pensamientos.

¡Es una orden! (Yaoi-ObitoxPain)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora