El sudor caía como una catarata, pegando la camisa blanca a cada uno de los músculos de su espalda. Tragó duro, y aportó la mirada.
No necesitaba una erección en medio de un concierto con miles de fans y sus teléfonos y cámaras enfocando su entrepierna. Parecía que, si bien el descubrimiento de que le gustaba un poco Sungjae, no acallaba ni por un segundo el deseo y el amor que hacía vibrar su cuerpo cada vez que veía a Jungkook.
Todo se intensifica si el chico estaba sudando a pasos de él, con una mirada fiera y la ropa hecha a medida para matarlo. Lenta y dolorosamente.
Por un segundo —o tal vez, más de uno—, deseó ser una de las tantas fans que estaban allí y poder gritarle las groserías que a veces les decían. Sería épico.
Pero no podía, no era un fan, era miembro del grupo, y estaba subido al escenario, por lo que debía hacer su parte y concentrarse en su tarea. Cantar no le era lo difícil, pero bailar siempre fue su talón de aquiles. Y si además, se desconcentraba observando el sudor de Jungkook caer por su nuca, iba a estar completamente perdido.
Como un borrón, el concierto llegó a su fin.
Le dolía cada músculo de su cuerpo, la espalda le mataba y los pies ya no podían sostenerlo más. Se dejó caer sobre uno de los sillones del camerino, escuchando los aplausos del staff por un trabajo bien hecho entre todos. Aplaudió cómo pudo, pero no se movió de su posición en el sillón.
Sintió que alguien se recostó sobre él, y por el peso creyó que era Namjoon, pero el aroma a vainilla, con gardenias y sudor caliente, supo de quién se trataba. Tomó toda su autodeterminación el mantenerse sereno, cuando Jungkook tocó, con todo su cuerpo, el propio.
—Me aplastas, Kookie.
El chico hizo un sonido que no llegó a comprender del todo, pero se movió a su costado y cayó a su lado, con una sonrisa cansada pero feliz. Y eso no pudo hacer otra cosa que aflorar la suya. Adoraba esos momentos, cuando Jungkook estaba relajado y podía verlo sin ninguna preocupación en su semblante. Solo su sonrisa pura y brillante, que arrancaba cada latido de su corazón.
Se acomodó quedando de costado, pasó un brazo por su cadera mientras sus ojos estaban clavados en el techo. La piel de su brazo tocó la piel de su estómago, y todo su cuerpo se erizó y la sangre corrió por su torrente sanguíneo como una carrera de fórmula uno.
—Estuviste genial, Jin-hyung.
Él lo intentó,de verdad intentó no mal pensar sus palabras y colocarlas en un contexto completamente diferente al que se encontraban en ese momento. Pero era difícil, con la respiración del contrario en su cuello, el choque de piel contra piel y el peso casi etéreo del chico contra el propio.
Jin se levanta casi de un salto cuando siente los dedos del menor recorrer la piel de su estómago, y con una risita queda, Jungkook lo vuelve a tirar contra el sofá, para seguir acariciando su piel, y luego pasar sus dedos por su pelo.
—Estoy sudado.
—No me importa.
Quiere llorar. Quiere gritar. Tal vez besarlo.
Definitivamente quiere besarlo.
Pero se queda quieto, no se mueve un centímetro mientras las manos de Jungkook toman posesión de su cadera y recorren la piel desnuda de su espalda, húmeda y resbaladiza. Pero no le importa, y continúa tocándolo, como si su cuerpo fuera un piano andante y cada curvatura fuera una tecla.
— ¿Qué mierda hacen?
Yoongi los mira desde arriba, inclinado detrás del sofá, con una ceja alzada. Las manos de Jungkook sueltan su cuerpo, y se siente morir. Pero no hace nada. No dice nada. Sino que se sienta en en el sofá, y el menor lo imita.
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• UNHOLY •《Kookjin》[FINALIZADA]
FanfictionJin está enamorado de Jungkook. Lo tiene asumido, y lo padece cada día desde que hizo las paces consigo mismo con respecto a sus sentimientos. Pero vivir y trabajar con la persona que te arranca todos tus suspiros, no es tarea fácil. Y Jin está a p...