Capítulo V

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No es un asunto de dos

Después de su baño, Sehun se refugió en la cocina, dispuesto a sacar provecho de su habilidad culinaria como nunca lo había hecho. El horno ya estaba funcionando, la barra era decorada con una botella de vino y dos copas, además, bajo la iluminación un par lámparas colgantes, la colorida combinación de frutas picadas parecía resaltar.

Buscaba en la distante televisión algún programa bien calificado, para entretenerse mientras Baekhyun terminaba de asearse. Si hace unas horas había considerado que llevarlo a su casa era una mala idea, ahora estaba eternamente agradecido con su cerebro.

Sabía que Baek le gustaba e, intuía, era correspondido, sólo esperaba que el otro no fuera de las personas que huían de sus sentimientos. Permanecía sumergido en su mente, ya no se tomaba la molestia de cambiarle al televisor, ni siquiera se percató del sonido de las llaves, advirtiéndole la llegada de un individuo.

—Creo que llegué en mal momento— comentó Junmyeon, acercándose a la estancia—. Vaya, en verdad quieres coger con él, creí que ya habías dejado atrás esos días de cacería— dijo, al observar los preparativos de su amigo—. ¿Quién vendrá?— cuestionó, recargándose en la barra.

No le sorprendieron las palabras de su amigo ya que, antes de hacerlo con Baek, había abandonado los días de sexo casual desde hace meses. Pero el de hebras castañas era diferente, lo sabía.

—Nadie, él ya está aquí— respondió Hunnie, haciéndole una seña al mayor para que bajara el tono de su voz.

—Oh— soltó, sacando nuevamente sus llaves—. Mejor me marcho.

Jun retornó un par de pasos, no obstante, al escuchar que otra persona se acercaba, la curiosidad le ganó y se frenó. Le resultó inevitable arrugar el entrecejo cuando sus ojos le revelaron la presencia de Baekhyun.

—Pensándolo bien— habló el mayor de todos mientras se dirigía a la cocina—, creo que me quedaré a comer— continuó, sacando su celular y escribió velozmente.

—Si quieren que me vaya...— sugirió Baekkie.

—¿A dónde? Olvidaste las llaves de tu casa en tu trabajo— le recordó el menor—. Junmyeon no se quedará— aseguró, amenazando con la mirada al aludido que no se atreviera a decir lo contrario.

—¿Por qué no? También vivo aquí— dijo Jun, haciendo caso omiso de la advertencia del otro—. Hoy no te dejaré con tu conquista en turno, Hunnie— colocó una mano en el hombro del alto, quien inmediatamente se apartó.

Su teléfono le avisó que le había llegado un mensaje, para su dicha, con la respuesta que esperaba. Observó rápidamente al invitado, resultándole evidente por la mirada, que sus palabras le habían lastimado más de lo que se esforzaba por aparentar.

Sehun retomó su tarea con el horno, se había imaginado la reacción que sus amigos tendrían si se enteraban de lo sucedido con Baek, pero jamás pensó en una grosería como esa. Definitivamente, cuando Suho y él estuvieran solos tendrían una discusión.

—Sólo cociné para dos personas— informó el menor en tono molesto, sacando los alimentos preparados—. Tendrás que encargarte algo.

Y, como el mayor había dicho, se quedó a comer con ellos, incluso cuando no se llevó nada a la boca. Junmyeon permaneció con los dos en absoluto silencio, viendo el programa en la televisión completamente acostado en uno de los sillones, claramente su intención era incomodar a Baekhyun, y lo logró porque éste tampoco pronunció palabra alguna.

El mutismo reinaba a tal grado en la sala que se podía oír el sonido de la lluvia; ni siquiera su personalidad extrovertida sabía qué hacer para cambiar el ambiente. Justamente, tras finalizar su comida, el timbre de su casa sonó.

Adamar «SeBaek» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora