Capítulo XVIII

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Eras tú

Habían pasado horas desde su desayuno. La luz que atravesaba libremente las abiertas ventanas, le hacían suponer el avance del día. El tiempo junto a Baek resultó totalmente agradable, escuchando su risa y sus expresiones de sorpresa, había descubierto su faceta infantil, y le encantaba, porque creó en él una inmensa necesidad de protegerlo.
Nunca creyó posible que una persona pudiera ser tan linda y tierna, y a la vez sumamente sensual y atractiva.
Ambos permanecían sentados sutilmente de lado, con la cabeza recargada en una de sus manos mientras el brazo se apoyaba en el sillón. Su vista fue atraída una vez más por el otro, Baek había cruzado sus piernas, concediéndole recorrer descaradamente el muslo en la parte superior.
Ascendió por la blanca camiseta, imaginando aquello que resguardaba. Se concentró en los dedos que sostenían el rostro impropio, eran delgados y largos, con uñas hermosas, y se cuestionó lo que se sentiría ser marcado por ellas.
—Baekhyun— llamó, ganando la atención del susodicho—. Hay algo que quiero preguntarte.
La puerta de la casa se abrió, Sehun dirigió su mirada hacia el marco de la entrada, esperando a que el recién llegado hiciera su aparición. Suponía de quien se trataba y, por el ruido que surgió, temía que no estuviese solo.
—¿Cómo te sientes, Hun?— cuestionó Jongdae.
Chen había arribado junto a Jongin y a Junmyeon para valorar el estado de salud del menor, ya que el trío conocía que debía ser un asunto muy grave si el alto se ausentó en sus obligaciones. No obstante, comprendió la verdad razón al encontrar a uno de los gemelos en la sala.
—¿Estás enfermo?— preguntó Baekkie, observando al pelinegro.
—No— respondió Dae, mientras el invitado giraba su rostro hacia él—. Suele sentirse muy solo sin nosotros— inventó, tratando de encubrir a su amigo.
—¿Eres el famoso Jihoon?— indagó Jongin, pasando a la estancia acompañado de Suho.
—No, Kai— dijo Sehun, mirando severo al aludido.
—Creí que por fin conocería a tu…
—Es Baek— interrumpió el alto al moreno, poniéndose en pie.
—Será mejor que me retire— opinó Baekhyun, abandonando su lugar.
—¿No quieres quedarte a comer?— pronunció Hunnie a prisa, intentando que el otro no se marchara.
—Creo que ya pasé mucho tiempo aquí, con permiso— habló, andando hacia la salida.
—Te acompaño— comentó el menor.
El par dejó la sala bajo la curiosa mirada del trío. Baekkie y Sehun llegaron al pequeño patio, el pelinegro abrió la puerta metálica que dividía su casa de la banqueta, permitiéndole a su vecino pasar.
—Baek— nombró, sujetándolo por la muñeca—. Quiero preguntarte algo.
El aludido vio el agarre al que era sometida su extremidad antes de dirigir sus ojos al rostro del menor.
—Dime— pronunció, rogando que su corazón se matuviera bajo control.
—La noche de la mudanza, te conocí a ti, ¿verdad?— soltó Hunnie, el otro se sorprendió
El cerebro de Baekhyun trabajaba al mil por hora para hallar la respuesta apropiada, si daba una negativa el pelinegro finalmente se alejaría de él y se iría con su hermano, como debería; si decía que sí, ni siquiera sabía lo que Sehun haría, pero en  su interior deseaba averiguarlo.
—Era yo— susurró, obteniendo una radiante sonrisa por parte del otro.
—Hasta luego— musitó.
La despedida confundió a Baek. ¿Eso era todo? ¿Una simple despedida?... Los dedos de Sehun se movieron liberando lentamente su muñeca, el roce era tan suave que sus comisuras se estiraron ante lo que realmente era: una caricia. Un cosquilleo se originó en su estómago, exigiendo que ahí no finalizara lo que ocurría entre los dos.
—Nos vemos— dijo el mayor, sonriendo, antes de marchar hacia su casa.
Sus pasos lo guiaron al interior de su hogar, una sonrisa decoraba sus labios. Halló a sus amigos en la cocina e interrumpieron su plática cuando él arribó.
—Lamento haber arruinado tu momento— se disculpó Jongin, llevando un vaso con agua a sus labios.
—Olvídalo— pronunció Hunnie, recargándose en el refrigerador—. No ocurrió nada.
—¿Eso es malo?— cuestionó Junmyeon, cruzando sus brazos—. Creí que salías con su hermano— el menor bajó los ojos al suelo—. Dime que no estás siguiendo la idea de estos dos y harás un trío con ellos… ¿Acosa quieres arruinar su relación?
—Me gusta Baek, Jun— confesó, convirtiéndose en el centro de atención del sorprendido terno—. Pienso alejarme de Jihoon y acercarme a…
—Error— interrumpió Kai, apoyando sus brazos en la barra e inclinándose un poco, los otros tres lo observaron—. Si dejas a su hermano, ya no tendrás el factor común con Baekhyun y él, se apartará de ti— comentó como si fuese algo obvio lo que decía—. Y más si Hoon se hizo ilusiones contigo y terminas rompiendo su corazón.
—Ji no es de ese tipo de chico— aseguró el menor.
—Nunca se puede estar seguro— habló Chen—. Jun no estaba interesado en los noviazgos y ve— terminó, señalando al susodicho. El mayor rodó los ojos.
—Si hieres a Jihoon, olvídate de Baekhyun— comentó Jongin.
—¿Qué opinas, JunJun?— cuestionó Hunnie, rogando internamente por un sabio consejo.
—Increíblemente, creo que Kai tiene razón— dijo, viendo al aludido apuntarse orgulloso—. Sé que no es lo correcto pero… Debes asegurarte de que Baekhyun esté enamorado de ti antes de que termines con su hermano, sólo así la posibilidad de rechazo será casi nula.
Sehun le había temido a esas palabras. Sabía que le gustaba a Baek, podía notarlo cada vez que se ponía nervioso o en la manera en que lo miraba pero, incluso con su experiencia, no estaba seguro de poder enamorarlo y seguir con Ji al mismo tiempo.
Además, dudaba mucho de que el mayor quisiera estar de nuevo a solas con él, por lo que únicamente se le ocurría una sola cosa en ese instante…
—Jongin, ¿cómo vas con el amigo de Baekhyun?
—¿Estás interesado en mi vida sexual?— cuestionó confundido por la repentina pregunta—. Porque si es así, déjame decirte que Taemin me tiene bastante complacido, es bailarín y puede hacer…
—No sigas— pidió Suho, poniendo una mueca de desagrado.
—Ha hablado el señor “yo no hago nada de eso con Kris”— comentó Chen.
El menor dejó de prestarle atención a la iniciada pelea de sus amigos, prácticamente llevaban dos años molestando a Junmyeon con el mismo tema pero, ahora, se consideraba capaz de entenerlo. Podía jurar que, no importara a quién le colocaran en frente, él seguiría pensando en Baekhyun y esperaba que la sensación fuera mutua.

Adamar «SeBaek» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora