Adamar «SeBaek»

Capítulo IX

Secreto

Bajó a la cocina en cuanto finalizó su baño, encontrando a Sehun preparando el desayuno. Se arrimó a él y lo abrazó por la espalda, concediéndole a su nariz el permiso de enterrarse sobre la columna vertebral para poder embriagarse con la esencia natural del menor.

Hunnie apartó sus manos de los utensilios de cocina y entrelazó sus dedos con los del mayor.

—Buenos días— saludó Hun, guiando al otro hacia enfrente para poder besarlo brevemente—. ¿Podrías ayudarme picando fruta?

—Cortaré una manzana— dijo Baek, yendo hacia donde estaba el frutero.

—Es mi favorita— comentó, retomando su labor con el huevo revuelto—. Al parecer tú eres el verdadero acosador.

El mayor rió quedamente. Colocó una delgada tabla cerca de la estufa para poder conversar mejor con su acompañante.

—Gracias por secarme y ponerme la pijama— pronunció, sonriéndole al menor.

—Fue un placer— sus comisuras se alargaron.

Hunnie deseó que vestir a Baekkie hubiese sido tan sencillo como sonó pero no lo fue. Aunque claro, antes de sufrir, se había tomado más tiempo del necesario para recorrer cada centímetro del otro con la toalla.

Pensar en eso le hizo recordar lo descubierto durante la noche, algo que debía preguntar porque no podría seguir con la duda.

—¿Te mudarás?— cuestionó de golpe.

El cuchillo que Baekhyun sostenía se enterró en el fruto, dividiéndolo por la mitad. Su cuerpo se tensó y sus ojos se perdieron en el par de pedazos.

—Ayer mientras buscaba el baño, entré accidentalmente al cuarto frente al tuyo— informó, apagando la estufa—. Sólo había cajas.

Por esa razón le preocupó que Hunnie deambulara por su casa la noche anterior. Recobró la compostura, no era un tema que pudiese evadir con facilidad.

—Pertenecen a la persona que solía vivir conmigo— habló, continuando con sus cortes—. Estoy esperando el momento adecuado para poder sacarlas.

—Yo te puedo ayudar— ofreció, mientras su brazo izquierdo se posaba en los hombros del otro.

—Eso estaría bien— dijo Baek, dejando el objeto filoso—. Terminé— tomó un diminuto pedazo de manzana y lo colocó en la boca del menor—. Comamos, no quiero llegar tarde al trabajo.

—Iré por los platos— comentó el alto, yendo hacia la alacena.

Baekhyun observó al otro, se sentía aliviado al saber que Sehun no había descubierto el contenido de las cajas, porque de haber ocurrido lo contrario todo se hubiera salido de control.

...

Sus labios se unieron fugazmente, despidiéndose de ese modo la mayoría de las mañanas.

—Pasaré por ti— dijo Jongdae, su novio le sonrió.

Su vista cayó en el retrovisor, una lejana dupla captó su atención. Él no era una persona chismosa que espiaba parejas, pero conocía a los dos hombres.

—¿A quién ves?— le preguntó Minseok, asomándose al pequeño espejo.

Por reflejo, sujetó al menor del brazo para impedirle que abandonara el automóvil y fuese a enfrentar a su amigo.

—Acordamos esperar a Chanyeol— le recordó el mayor, tomándole el rostro para verse a los ojos.

—Y Baekhyun prometió alejarse de Sehun y míralo— comentó entre dientes, librándose del agarre del otro—. No podrás impedir que se lo diga a Jongin y a Junmyeon.